Se ha documentado la importancia que las experiencias tempranas de contacto físico tienen en el desarrollo psicológico y fisiológico. El afecto mostrado por los cuidadores es crucial durante la infancia. La carencia de este se asocia a problemas de tipo social, sensorial y psicológico.
Un equipo de investigación quería explorar si el contacto físico en la infancia se asociaba con procesos interpersonales como las habilidades sociales y la moralidad.
Recurso para miembros: Relajación muscular progresiva: una guía para terapeutas¿Cómo llevaron a cabo la investigación?
Se realizaron tres estudios separados:
Estudio 1
Fue un diseño transversal que contó con 156 madres y sus hijos o hijas de entre 3 y 5 años. En este primer paso se realizaron reuniones virtuales y se llenó un cuestionario donde se indagaba sobre la actitud de las madres hacia el contacto físico, también reportaban sobre su propia conducta y la conducta social y moral, orientación moral y psicopatología de sus hijos e hijas.
Resultados
Se observó que una actitud positiva de la madre con respecto al contacto físico (por ejemplo, abrazar a su hija cuando está estresada), estaba positivamente asociado con prosperidad social en el niño o la niña (por ejemplo, eran personas que luego mostraban preocupación al hacer algo malo) y negativamente asociado a conductas antisociales (por ejemplo, aislamiento social). Adicionalmente la aprobación del castigo físico se asoció también con resultados como falta de compromiso, pobre imaginación y mayores tasas de problemas internalizantes y externalizantes.
Estudio 2
Con esos datos, en el segundo estudio buscaron saber cómo las conductas de tocar influyen en la niña o el niño. Para ello, realizaron un estudio longitudinal utilizando los datos de un proyecto de 3 años con madres primerizas y sus hijos e hijas en riesgo de sufrir negligencia (Parenting for the First Time Project). Habían entrevistas en casa y observaciones de la interacción que se realizaron varias veces cuando los niños y niñas tenían 4, 8, 18, 24, 30 y 36 meses.
Resultados
El equipo observó que la ausencia de contacto negativo, comparado con la proporción de contacto positivo, tenía un mejor impacto en las conductas prosocial y problemática. Por ejemplo, las madres que reportaban menos contactos físicos negativos cuando su hija tenía 1.5 años, subsecuentemente reportaban que la niña tenía mejor competencia social y menos problemas externalizantes a los 3 años.
El contacto físico positivo parecía tener un impacto más grande en la regulación conductual. Las madres que mostraban más contacto positivo cuando sus hijos e hijas tenían 1.5 años, reportaban mejor regulación conductual cuando tenían 2 a 3 años.
En ambos estudios se controló la respuesta de la madre a las necesidades del niño o niña como factor que podría influir en los resultados. Así que el equipo explica que los efectos conseguidos en las habilidades sociales y de regulación conductual estaban relacionados a la conducta de contacto físico de las madres.
Estudio 3
Finalmente, el equipo quiso conocer si el efecto del contacto físico temprano tenía repercusiones en la edad adulta. Para ello, llevaron a cabo un estudio retrospectivo donde participaron estudiantes que tomaban un curso introductor de psicología. Los mismos completaron encuestas online donde debían reportar experiencias tempranas así como el apego, salud mental, orientación moral y capacidad moral actuales.
Resultados
El contacto físico positivo en la infancia se asoció con mayor bienestar, capacidad moral y orientación moral en la adultez. Los análisis también sugieren que un apego seguro, la salud mental y la capacidad moral mediaron la relación entre el contacto físico y la orientación moral. Los autores creen que esto indica que el contacto físico temprano promueve los procesos psicológicos necesarios para las capacidades y la orientación moral en la vida adulta.
De acuerdo con estos resultados, podemos pensar que la forma en que nos vemos a nosotros mismos y en que nos comprometemos con el bienestar y la salud de otros puede estar parcialmente influido por estas experiencias tempranas de afecto. También nos pone a reflexionar hasta donde llegan los efectos del contacto físico negativo en la infancia, como el castigo físico.
Referencia del estudio: Narvaez, D., Wang, L., Cheng, A. et al. The importance of early life touch for psychosocial and moral development. Psicol. Refl. Crít. 32, 16 (2019). https://doi.org/10.1186/s41155-019-0129-0
Fuente: Psypost
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