Revista En Femenino

La impostora

Por Expatxcojones

La impostora

Formentera, 2005. expatriadaxcojones.blogspot.com


Cuando me compro un libro nunca sé si he acertado hasta que llego a casa y llevo leídas cinco páginas. Sólo entonces lo veo claro. Una de dos. O el libro me atrapa y no puedo dejarlo hasta terminar. O me aburre mortalmente y no puedo más que abandonarlo. Y no hay nada que me de más rabia que comprarme un libro, abrirlo, y llevarme una decepción. Cuando, muy raramente —cada vez menos—, me sucede lo contrario, el goce está asegurado.
Esto es lo que me ha pasado con el último trabajo del escritor Javier Cercas. Se titula El Impostor y su protagonista es Enric Marco. El catalán que durante un montón de años se hizo pasar por un deportado en un campo de concentración nazi. Presidente de la Asociación Amical de Matuthausen, dio conferencias, charlas, entrevistas, incluso un discurso en el Parlamento Español que fue ovacionado por todos y cada uno de los asistentes.
Luego, se descubrió que todo era mentira. Una gran mentira.
En el libro, el autor trata de dilucidar qué aspectos de su biografía son verdad y cuáles fruto de su invención. La historia contiene dosis de misterio que la hacen atractiva pero sin lugar a dudas lo más interesante es su protagonista. Enric. Fabulador, seductor, manipulador, buen orador, pícaro donde los haya. Convenció a todos de haber vivido una vida que sólo conocía a través de los libros. Enric se inventó un pasado. Enric se reinventó como persona.
Dice Vargas Llosa en uno de sus artículos que Enric hubiera sido un escritor de ficción estupendo. Por su capacidad de imaginar, recrear y transmitir a la gente algo que nunca sucedió. ¿Es esto ser escritor? Supongo que sí, en parte. Porque los escritores mienten sin parar pero sus mentiras están socialmente aceptadas —son ficción—y no tienen por objetivo último la maldad sino, quizás, todo lo contrario. A través de las mentiras inventadas pueden revelarse grandes verdades. Estoy de acuerdo. Pero mienten. ¿Por qué lo hacen?
Y yo ¿por qué escribo? No hago ficción. Más que nada porque no sé hacerlo. No tengo tanta imaginación. Sea una persona, un hecho o una reflexión personal, siempre hay una base real. Pero al pasar esa realidad al papel y convertirla en una historia para ser leída ¿no la estoy creando de nuevo?
La ficción salva, la realidad mata; que dice Javier Cercas.
¿Será entonces que la impostora soy yo? ¿Es la escritura una manera de huir de la realidad? ¿Es mi vida tan aburrida y gris que necesito escribir sobre ella para hacerla más interesante?
No me lo había planteado. No, hasta ahora. Sólo el hecho de hacerlo me inquieta.

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