Esta técnica basada en la introducción de corticoides en la articulación a través de una aguja, permite aliviar los dolores en los casos de artrosis y artritis.
Se recomiendan tres infiltraciones por año como máximo. Los corticoides tienen un plazo de acción de 3 ó 4 semanas.
Pueden realizarse infiltraciones en todas las articulaciones, tanto grandes como la rodilla, como en las pequeñas, por ejemplo, los dedos.