Revista En Femenino
Llevamos más de una semana que parecemos ermitaños. A mi bebo lo atacó la influenza y eso nos obligó a separarnos del resto de la sociedad durante cinco días. Estamos encerrados. Solo salimos para ir al médico y buscar las medicinas.
A la mitad de la semana me enfermé yo y luego cayó mi esposo. Era imposible que no nos contagiáramos pues mi hijo es extremadamente afectivo y siempre estaba encima de nosotros acariciándonos y dándonos besitos.
La pediatra nos dijo que teníamos que evitar el contacto físico y lavarnos las manos siempre que pudiéramos pero, como ya les expliqué, eso no valía de nada. Lo menos que tocaba mi hijo era mis manos. Además, como madre no estaba dispuesta a rechazar una caricia de mi Coco.
Para colmo los medicamentos que nos dieron a mi esposo y a mí nos provocaba sueño mientras que los que le recetaron al bebo le recargaban las baterías. O_o No ha habido descanso desde el pasado domingo.
Seguimos enfermos aunque el nene ha mostrado una significativa mejoría.
La mejor parte es que hemos compartido en familia y logramos desayunar, almorzar y cenar juntos -en la misma mesa- sin distracciones y sin correr detrás de Adrián.
Ahora solo esperamos por curarnos para reintegrarnos al mundo lo más pronto posible. Aunque la verdad como que no nos hace mucha falta. ;)
Foto: Google