Hoy, he vivido una experiencia de las que se llaman : “con la burocracia hemos topado”,.
De entrada, la Administración Pública en general es un concepto” hostil “ para el ciudadano. Nuestra percepción al entrar en una delegación de Hacienda, de la Seguridad Social, a un Ayuntamiento o a cualquier servicio público a nuestro servicio ( valga la redundancia y el cinismo que conlleva) no es la de acceder a un lugar en el que se van desvivir por atenderte y solucionar tus problemas. En ningún caso piensas que te van a facilitar las cosas : todo lo contrario. Según como vaya (aun comiéndote marrones) salimos aliviados por lo que hubiese podido ser.
Se lo tendrían que hacer mirar. Para nuestra desgracia, un entramado de personas que trabajan para que las cosas funcionen , nos transmiten la sensación contraria : que no se preocupan por nosotros y, lo peor, algunas veces incluso ,te fastidian … Dicho esto, con este temperamento he ido a solucionar un expediente al Ayuntamiento. Soy una infractora “urbanística” ( eso, según el Ayuntamiento, yo creo que he contribuido a la mejora paisajística y que no tienen razón…) pero leve, que conste, y tras los recursos y alegaciones , he ido a pagar mi multa. No es nada importante pero , debía hacerlo en un plazo y he pensado que hoy era un buen día para ello. He calculado que tardaría una hora y he puesto ese importe en la Zona Azul de la zona de aparcamiento.
Ya, nada más traspasar las puertas, he percibido una atmósfera de gravedad. Cola en información. Un señor mayor, preguntando qué importe exacto de IBI le iban a cobrar. Dificultades en la comunicación. Lentitud. Cuando por fin me llega el turno , para que me den el turno ( observar lo perverso del tema) me informan que no me pueden dar “mi”número. No tengo la Carta de Pago y debo ir a la tercera planta. Voy. Allí, no hay recepción. Entras directamente, en un puzzle de mesas en las que todo el mundo parece ocupado. Nadie te pregunta. Lo hago yo en “Denuncias” (soy una infractora) y por fin, encuentro a la chica que tiene que hacerme la Carta de Pago.
Se mira los papeles con detenimiento y accede al ordenador. Pasan los minutos . Me mira y me dice la típica frase : “ Es que el sistema va muy lento “. Cuando por fin aquello le responde , introduce el nº del expediente y todas esas cosas que ves que van haciendo sin saber qué hacen. Click.Click.Click. Me gustaría poder ver esas pantallas… Cuando le da al enter y yo percibo que es el final y, por fin, tendré la dichosa Carta de Pago, pero exclama algo y me dice que se ha equivocado y que le ha endosado mi pago a otro pobre infractor. Ruego me disculpe el hombre. Ha sido sólo por unos minutos…los que ha tardado en volver a teclear todo eso que no sé qué es y darme dos hojitas de impresora láser. Me pide que, tras el pago, le lleve el justificante.
He pensado que, por lo menos, tengo una orden concreta. Una mesa a la que ir y dejar el papel. No sabe si puedo pagar con la tarjeta… Me voy a la sección en la que los infractores, cumplimos la condena. La maquinita de pagar no va. No tengo efectivo.
Del Ayuntamiento al banco. Cola. Llego al mostrador: Sólo pagamos estos recibos los martes y los jueves. Hágalo en la máquina. No lo he hecho allí, a priori, porque la Carta de Pago debe ir sellada por el banco. Me informan que el extracto que te da el cajero tiene el mismo valor.
Por seguir: el lector de barras del cajero, no va. Me voy a otra oficina y , tras la pertinente cola, finalmente, tengo en mis manos el recibo. Vuelvo al Ayuntamiento pero antes, amplio el parking una hora más y busco un lugar para hacer fotocopias. Hacia siglos que no hacía fotocopias…Me dicen que hay un Locutorio cerca que las hace. Cuando entro, un chico latino está delante de un ordenador que no tiene conexión mientras que la encargada está centrada en encender y apagar el router. El chaval se impacienta. La mujer consigue reconectarse. Tras asistir a esta crisis de conexión y su resolución, me hace las dos fotocopias…
Ayuntamiento. Entro con determinación.Planta tercera, de nuevo. Ya he ido directamente .Mi objetivo está aislado y solo: me lanzo sobre la mesa, con mi recibo y la Carta de Pago. Se mira el recibo, se mira mi Carta de Pago y me dice : es que el banco te tenía que haber sellado la Carta de Pago… Vale. Paciencia. Le explico lo del cajero, se vuelve a mirar el recibo y lo grapa a la Carta de Pago. Ya está. Adiós. Ya , casi, me he redimido como infractora. Me queda ir al Registro General con mi Instancia y la fotocopia del recibo.
Como la vida, esto es un círculo. Lo cierro : vuelvo a estar en la cola, haciendo turno para los turnos. La resignada funcionaria de información está creando una retención en el flujo de reparto de números. Esta vez, es una señora brasileña o portuguesa que se intenta hacer entender. Se está quejando pero yo tampoco entiendo de qué…Mi única prioridad , ahora, es llegar al coche antes que el Agente de la Zona Azul.
El último funcionario que me atiende, es especialmente rápido. Por su mesa, vamos desfilando sin pausa mientras en las otras, hay un ritmo más pausado. Este, registra. El resto, no sé. Se mira los papeles, busca el nº de expediente, lo encuentra a la primera, teclea rápido y coloca un adhesivo con un numerito.Por cierto, es una pena que se haya perdido aquel efecto atronador de “punto y final” del sello-tampón.
Salgo de allí, victoriosa. Con mi expediente cerrado y ya limpia, de mi condición de infractora. Dejo atrás la cola de recepción y esa sensación de “con la burocracia hemos topado”.
Lo mío era muy, muy simple pero no he sentido que nadie quisiera facilitarme las cosas. Empezando por el propio expediente y acabando con el pago de la multa. Nadie se ha preocupado de hacerlo ágil y no tener que disponer de mi tiempo ( y su tiempo) y malgastarlo.
He llegado en el tiempo límite para sacar mi coche de la Zona Azul.
Ahora que ya soy ex_infractora ,quiero disfrutar unos días de esta sensación de libertad…
NB : El chiste del genial Forges. Su web es, también, genial. www.forges.com