La inmoralidad de los ejecutivos españoles

Dos curiosidades.

Hoy se acaban oficialmente la ayuda de los 426 euros. Una muy mala noticia para esas personas que subsisten con esta miseria, estas migajas que les tira el sistema neoliberalista para sentirse mejor amigo. ¿Cuál ha sido el perfil mayoritario que se ha estado beneficiando de esta ayuda? Joven parado de larga duración con baja cualificación y proveniente del ladrillo. ¿Qué raro, no?

Por otro lado, ayer Rodrigo Rato, el que ya la cagara al frente del FMI (según nos han contado hace muy poco) ha decidido no hacer frente al pago de 25 millones de euros por suplementos a una serie de directivos de Caja Madrid entre los que se encuentra el ex-presidente , Miguel Blesa, uno de los responsables de la actual situación de la entidad madrileña.

A los primeros poco les queda que hacer, solo esperar. Lo poco que pudieron sacar los sindicatos en su reciente bajada de pantalones del ¿pacto social? fue una nueva ayuda de 400 euros hasta un máximo de seis meses, que estará vinculada a la formación. Serán beneficiarias de este programa las personas que agoten su protección por desempleo a partir de mañana y cuando las rentas en la unidad familiar del desempleado no superen los 500 euros. Además, no podrán acceder a ella quienes ya cobraron los 426 euros del anterior programa. Es decir, hay que estar casi pasando hambre o pasándola para que alguien te mire con pena y te de las sobras.

¿Qué pasa con los anteriores? Pues que se están planteando reclamar sus 2,5 millones por cabeza de forma legal. Será que estos señores piensan que se merecen esto, y ellos lo consideran  justo, mientras ven como sus conciudadanos están con la soga al cuello por culpa de gente de su calaña, mientras entidades como Caja Madrid asfixiaban a medio país concediendo hipotecas que luego serían insalvables para muchos pobres diablos… insisto, qué pena de país, qué de miserables hay en España.

Hasta un total de 5.000 familias podría (mal) vivir un año con la cantidad que iban (o van) a percibir estos señores. Ojalá tuviera conciencia señor Blesa, seguro que esto le pesaría sobre ella.