Argumento
Beatrice es una joven sin recursos y sin posibilidades matrimoniales. Como se encuentra en una situación desesperada, no tiene más remedio que aceptar el trabajo de institutriz de un niño solitario y asustadizo, heredero de la fortuna de los Duques de Brechin. Corren muchos rumores turbios alrededor de la familia pero, sin duda alguna, el futuro que le espera no será tan oscuro como el pasado que quiere dejar atrás. Beatrice tiene claro que conseguirá controlar al niño pero no está tan segura si podrá con Devlen, el primo del niño al que cuida. Devlen la disturba y la excita desde el primer momento en que se conocieron. Es encantador, misterioso y magnético y Beatrice no puede rechazarlo. Devlen le abre nuevos mundos, le llena su vida de pasión y de peligro. ¿Es él su amante o su enemigo? ¿Debería, Beatrice, seguir lo que le indica su corazón?
Opinión personal
No soy de apuntarme “oficialmente” a ningún reto, pero últimamente estoy leyendo en muchos blogs uno cuya intención es leer esas novelas que llevan mucho tiempo en la estantería y voy a intentar bajar yo también esa lista de libros que están cogiendo polvo en la mía.
Este ha sido el caso de «La institutriz» de Karen Ranney. No puedo decir que haya sido una lectura memorable, pero sí que la originalidad de sus personajes resulta novedosa dentro del género histórico y el ambiente gótico que rodea toda la historia hace que sea una lectura que no me arrepienta haber escogido.
Karen Ranney representa a través de Beatriz, el lado menos amable de las protagonistas femeninas en la novela histórica. De familia normal y poco acomodada, al morir sus padres debido a la plaga del cólera, pocas opciones le quedan. Poco a poco y, a cambio de un mendrugo de pan va vendiendo las pocas pertenencias que tiene hasta que al final, no le queda otra opción que trabajar. Puede parecer algo fácil y sencillo. Pero en aquella época no eran muchas las opciones con las que contaba una joven de familia normal. Prueba en una taberna, pero no tiene suerte. Sin muchas esperanzas y como última opción, se dirige hacia el castillo, dispuesta a aceptar cualquier puesto que le puedan ofrecer. El capricho del destino hará que tenga suerte y, gracias a su completa educación, conseguirá un trabajo como institutriz.
Beatrix es la protagonista absoluta de la historia. Es un personaje atípico, que me ha recordado mucho, quizás demasiado, al ya mítico y, uno de mis favoritos, Jane Eyre. A pesar de su condición, Beatriz no es una mujer sumisa, es resolutiva, tiene ideas propias y no cae en la tentación de dejarse dominar ni tan siquiera por sus superiores, siempre dispuesta a manifestar su opinión a pesar de que pueda ocasionarle más de un problema. Es una mujer que ya poco tiene que perder, con ideas algo modernas para la época y ya con una edad en la que, está dispuesta ya a dejar atrás ciertos remilgos sociales sacrificados en pos de la satisfacción de su curiosidad. Con un carácter fuerte no cesará en conseguir el bienestar del que ha acogido bajo su protección.
Quizás en esta novela me he encontrado con una de esas no muy abundantes escenas en las que la primera vez me ha resultado bastante coherente y muy creíble.
La primera parte se centra más en la relación que Beatriz entabla con el pequeño duque, un niño de apenas siete años que disfraza el gran dolor que le ha supuesto la pérdida de sus padres y el temor que siente por su vida, tras unos malos modos, un carácter egoísta, agrio y ciertamente caprichoso.
La ambientación está muy lograda. Un oscuro, antiguo y tenebroso castillo situado en lo alto de una colina en el que, en seguida, se plantea el suspense que provocan dos hechos bien diferenciados: por un lado, esos acontecimientos que rodean el joven duque y, por el otro, el extraño matrimonio del padre de Devlin.
Debido a la corta extensión de la novela, eso provoca que la parte romántica se vea bastante mermada, no es algo que me importe realmente cuando está bien desarrollada pero, en mi opinión, ha hecho que la relación entre ellos sea algo precipitada, rápida y que sepa a poco.
Devlin es el hombre que no aparenta. Cierto que se hace querer, es de esos protagonistas que, a pesar de su mala fama, tienen un corazón de oro pero, he de reconocer que su papel me ha de dejado bastante indiferente. Su papel tiene mucho peso en la historia, pero no he sido capaz de quitarme la sensación de que la trama no gira realmente alrededor de su relación con Beatriz, si no más bien, la historia entre los dos, es un aliciente para contentar a las lecturas de novela romántica, o es, al menos, la sensación que a mí me ha dado.
Contaremos con otros personajes secundarios para amenizar la historia, el tutor del joven duque, y padre de Devlin, su esposa, que protagonizan una pequeña historia secundaria.
En resumen, lo que he encontrado más destacable, como he dicho antes, el ambiente oscuro de toda la historia y en la resolución del tema de los “accidentes” del pequeño duque, que hace de esta novela algo diferente dentro de la novela romántica histórica, pero de la que, he de admitir, me esperaba mucho más.
Datos de interés:Blog de la autora: Editorial Talismán 2006
Pepa