Hoy en día uno de los aspectos que más se valoran a la hora de elegir una empresa es la preocupación que esta tenga por el factor humano, estamos hablando de la inteligencia emocional.
De ahí a que uno de los aspectos que predominará de aquí a medio plazo es la inteligencia emocional. La inteligencia emocional es: “capacidad que tienen los individuos para gestionar sus emociones, así como para identificar y comprender las emociones de los demás”.
Debido a esta serie de cambios, se avecinan intentos por gestionar las emociones para que eso lleve a crear una sinergia entre todos los componentes del equipo que conforma la empresa.
La importancia radica en que debe de haber una persona que gestione y saque el máximo provecho del equipo del que dispone y los sentimientos y emociones es una parte de cada uno de nosotros, si alguien consigue gestionarlas para sacar lo mejor de cada uno esto traería consigo beneficios personales y corporativos.
Por ello la tendencia en los directivos va a ser la de estimular y desarrollar cualidades sociales y emocionales de sus profesionales. El principal objetivo será el logro de la empatía entre las personas que forman la empresa, así se obtendrá un beneficio esencial como una comunicación fluida para un desempeño eficaz.
El nuevo directivo que se está forjando en la actualidad se trata del directivo atento, con autocontrol, capacidad de reacción, motivador. Además no se queda aquí también ha de gestionar aspectos como la confianza para el logro de objetivos o la capacidad de diálogo.
¿Cómo hacer esto en la empresa?
En la actualidad es algo complejo debido a los cambios que afectan a la empresa a diario, tanto por el entorno como por la presión por el logro de los objetivos. Pero para eso se utiliza la inteligencia emocional para fomentar el trabajo en equipo.
Por último, uno de los primeros pasos para ello es la armonización de objetivos de la propia empresa con los objetivos de su personal.
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