La invención concreta empieza con una llamada clara al público: interactúa. Se nos invita a tomar fotos de la exposición compartirlas via twitter, Facebook y cualquier plataforma nos venga en gana. Interactúa, relaciónate con la expo cuanto desees, los organizadores de la muestra parten de una intención dialógica y no declarativa. Esta interacción se activa en dos espacios paralelos, uno analógico, es decir las salas del Reina Sofía, y el otro digital, a través de una web donde podemos consultar y ampliar el contenido de la exposición. Este espacio digital se hace presente también en el museo en medio del recorrido de la exposición, que podemos interrumpir si así lo deseamos y traspasar la experiencia física con las obras en muestra a la experiencia digital que proporciona el iPad.
La invención concreta. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Foto: Camilayelarte
La invención concreta. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Foto: Camilayelarte
En cierto sentido la web activada con motivo de La invención concreta va más allá de la simple aplicación complementaria porque responde de forma clara a la principal intención curatorial que da forma a la exposición: la no linealidad. Para el que desconozca el desarrollo de la abstracción geométrica en Latinoamérica, La invención concreta no es una exposición que cree una abstracción -la historia casi siempre lo es- de los grupos y singularidades que se dieron en el campo del arte desde los años cuarenta hasta los setenta en Latinoamérica. No nos iremos del Reina con una estructura evolutiva del tipo darwinista que plantee la secuencia histórico-artística Torres-García/Madí/concretismo/ neoconcretismo. Las sensibilidades artísticas coexisten en el espacio y en el tiempo, olvidemos el pensamiento positivista y adoptemos el pensamiento rizomático para entender la creación del arte. Para tal fin la mejor herramienta es la web la red cuya estructura y funcionamiento plantea un modo de generación del pensamiento donde esta coexistencia no lineal en el espacio y en el tiempo se hace posible.
La invención concreta. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Foto: Camilayelarte
La invención concreta. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Foto: Camilayelarte
La invención concreta. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Foto: Camilayelarte
En el espacio físico de la muestra el eje que estructura el discurso es la intención artística independientemente de si los artistas forman parte de los mismos grupos o firmaron este o aquél manifiesto. Distintas proveniencias geográficas y generacionales comparten espacio por afinidad artística. Estas afinidades se pueden dividir en cuatro temas, por un lado la interacción del público con la obra de arte; la pureza geométrica como forma arquetípica ; la geometría construida a través de la luz y el color y la espiritualidad expresada desde el símbolo y el signo. A lo largo del recorrido entre estas cuatro secciones se intercalan figuras singulares como Cildo Meireles o Gego y finalmente la muestra se cierra con un epílogo que funciona a modo de puerta abierta que apunta hacia donde se encaminaría la práctica artística en los setenta.
La invención concreta. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Foto: Camilayelarte
La invención concreta. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Foto: Camilayelarte
La invención concreta. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Foto: Camilayelarte
La exposición es una maravilla porque una maravilla son las obras que pone en muestra. Si bien la universalidad del lenguaje artístico es una utopía, la abstracción geométrica se acerca ella. Pero más allá de la universalidad, de la capacidad de la obra de explicarse o de autoexplicarse por sí misma, hay otra gran utopía que planea por la exposición y es la de que que no existan fronteras que frenen la participación entre el objeto artístico y el espectador. La interacción a la que se nos invita antes incluso de entrar en la exposición demuestra en el fondo que los museos todavía no han sido capaces de superar la solemnidad y la distancia que crean entre público y obra de arte. Se nos pide que interactuemos a nivel de redes sociales, que interactuemos en la esfera digital, mientras la segunda sala de la exposición pone en muestra la obra de artistas como Lygia Pape, Lygia Clark o Helio Oiticica que con sus creaciones buscaron facilitar esa interacción a través del objeto artístico. Es triste ver los bichos de Lygia Clark en una urna de plexiglas, esas obras tiene sentido cuando el publico las manipula, son organismos vivos que necesitan de la acción humana para cobrar sentido.
La invención concreta. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Foto: Camilayelarte
Bichos, Lygia Clark. La invención concreta. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Foto: Camilayelarte
Imagino que a Patricia Phelps de Cisneros, propietaria de la colección, no le haría gracia alguna ver a la gente jugando con las obras, pero no creo que hubiese ningún problema si las obras fueran reproducciones, de hecho hay obras de Oiticica en muestra que los son, como público que visita la exposición, no espero reconocer que los bichos de Clark son piezas originales con un valor en el mercado del arte determinado por su unicidad, sino entender el sentido de estas obras pensadas en su momento para discutir los códigos de lo que es arte a través de la interacción física y tangible con el espectador. En La invención concreta la interacción digital a la que se nos invita es la solución a un problema no resuelto, el de la participación física del público con un objeto que cuesta mucho dinero. Así pues dos utopías en muestra, la de la universalidad del arte y su capacidad de interacción.
La Invención concreta te gustará si... concibes la forma, el color, el espacio y el tiempo como elementos estructurales de la obra de arte
La invención concreta no te gustará sí... No te va la pureza formal y lo espiritual en el arte
La invención concreta. Colección Patricia Phelps de Cisneros
Hasta el 16 de septiembre de 2013
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Calle de Santa Isabel, 52 - Madrid (mapa)
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