Revista Cultura y Ocio

La invención más allá de la enumeración, Georges Perec

Publicado el 20 noviembre 2020 por Kim Nguyen

Esta obra era una imagen de la muerte del arte, una reflexión especular sobre este mundo condenado a la repetición infinita de sus propios modelos. Y estas variaciones minúsculas de copia a copia, que había exacerbado tanto a los visitantes, tal vez eran la expresión última de la melancolía del artista: como si, al pintar la propia historia de sus obras a través de la historia de las obras de los demás, hubiera podido, por un instante, parecer que perturbaba el «orden establecido» del arte, y reencontrar la invención más allá de la enumeración, el chorro más allá de la cita, y la libertad más allá de la memoria. Y tal vez no había nada más punzante ni más risible en esta obra que el retrato de ese hombre monstruosamente tatuado, ese cuerpo pintado que parecía montar guardia ante cada repetición minuciosa del cuadro: hombre convertido en pintura bajo la mirada del coleccionista, símbolo nostálgico e irrisorio, irónico y desengañado de este «creador» desposeído del derecho de pintar, dedicado en lo sucesivo a mirar y a ofrecer como espectáculo la mera proeza de una superficie integralmente pintada.

Georges Perec
El gabinete de un aficionado
Traducción: Menene Gras Balaguer
Editorial: Anagrama

Imagen: El gabinete de un aficionado (1981)


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