Revista España
El Castillo de La Iruela es el símbolo monumental de la localidad.
Su aliento medieval y romántico se acentúa por la excéntrica localización de sus más primitivos pilares. La fortaleza se asienta en un roquedal frente a las abruptas cumbres de la Sierra de Cazorla. Su origen es musulmán.
Los primeros cimientos son prebereberes. Sobre éstos fueron construidos las estructuras de calicanto. Finalmente, sobre el castillo bereber fue erigida una fortaleza cristiana que reforzó murallas y torreones en torno a un alcazarejo.
El castillo, que durante un tiempo perteneció a la orden de los templarios, está estructurado a modo de terraza en tres planos que acogen los dos primeros recintos amurallados y la torre del homenaje, situada en la zona más alta.
El acceso al primer y más bajo recinto se realiza por una torre-puerta que en su día sirvió de campanario a la desaparecida iglesia de Santo Domingo de Silos.
En el segundo recinto se erigen torreones defensivos, unidos entre sí por gruesos lienzos de muralla levantados en mampostería. En su interior se extiende un patio de armas, en cuyo subsuelo quedan las huellas de un desaparecido aljibe. (El Mundo)