La temporada 2014/2015 está siendo la de las despedidas. La última en decir adiós de forma definitiva a la audiencia ha sido 'Cougar Town', que echa el cierre después de 102 capítulos, seis temporadas y una nominación en los Globos de Oro de 2010 para Courteney Cox (que dirige el último capítulo de la serie, algo que ya había hecho anteriormente) como Mejor Actriz de Comedia/Musical.
'Cougar Town' no lo ha tenido fácil. Para empezar, su título (la coña ha durado hasta el capítulo final, donde nos han ofrecido el título alternativo: "Sunshine State") y la trama que daba el pistoletazo de salida a la serie fueron sus peores enemigos (madre cuarentona divorciada tiene que salir adelante en un mundo en el que priman juventud y belleza). Sus inicios fueron muy flojos pero los que fuimos pacientes descubrimos que desde la visita de Lisa Kudrow (del universo 'Friends' sólo han faltado por pasar Matt LeBlanc y David Schwimmer) todo cambió, pasamos a formar parte del cul-de-sac de Jules Cobb (¡cómo le ha cambiado la cara a Cox a lo largo de estos años!), y empezamos a divertirnos y a pasarlo verdaderamente bien con las locuras de sus protagonitas. La comedia era hasta gamberra y ordinaria, una característica que ha ido perdiendo con los años. Era imposible no caer rendido a los pies de la mala leche de Ellie Torres, al encanto infantiloide de Laurie Keller, al bromance entre Bobby y Andy, al frikismo de Travis (si Will Schuester era incapaz de conectar con un adulto, Travis es incapaz de hacerlo con un joven de su edad) y al soserío (inicial) de Grayson. Porque Tom...bueno, Tom llegó más tarde y, salvo contadas excepciones, ha sido un personaje que nunca me ha gustado. ¿Quién no querría haber participado en esa boda de ensueño en la playa y que vimos en la tercera temporada al son de 'Lost and Foud' de Katie Herzig?
Cada vez que Chick aparece en pantalla
La serie encontró su sitio (no gracias a la ABC, que la programó fatal, la canceló en su tercera temporada y dejó que TBS la rescatase), un público muy fan y nos regaló grandes temporadas. Hasta la quinta, cuando empezó a flojear, perdió su encanto, carecía de la gracia que le caracterizó en sus orígenes y era un auténtico suplicio seguir semana tras semana. ¡Liar a Travis y Laurie fue un auténtico horror! Aunque nos daba pena despedirla, pedía a gritos llegar a su final. Lo necesitaba ella para terminar dignamente. Y lo necesitábamos nosotros como espectadores que no queríamos dejarla a la mitad. Así que la noticia de que sus sexta temporada iba a ser la final fue recibida con alegría. Y un poco de tristeza, la verdad, pues despedir a los personajes con los que tan buenos ratos has pasado durante tanto tiempo da pena. La noticia del final fue seguida de la de la baja de Brian Van Holt que, incomprensiblemente, dejaba la serie en su última temporada. Bobby Cobb no ha dejado de estar presente (Andy no ha hecho otra cosa que nombrarle y echarle de menos), y su aparición en la series finale ha sido mucho más natural de la forma en la que ha sucedido que si se hubiese presentado en carne y hueso.Pero la temporada final ha resultado ser más floja de lo esperado. A pesar de los incontables guiños a la serie (recordando a Barbara, a la hija de Grayson), a su universo y a sus coñas, hemos tenidos capítulos horribles y que daba vergüenza ver. ¿Era necesario traer de vuelta y darle un protagonismo que no merecía a Chick, el padre de Jules? Al menos el tramo final (los tres últimos episodios) sí ha sabido dejar un mejor sabor de boca para poder despedirse de esta loca troupe en condiciones. Me ha gustado mucho la idea en torno a la cual ha girado el último capítulo: la búsqueda del regalo perfecto para Jules, que se ha encaprichado con morir y escuchar lo que dirían sus amigos en su funeral. Ha sido la excusa perfecta para que todos los amigos de Jules, uno a uno, se despidiesen de ella aprovechando que sus vidas avanzaban (falsamente) en otra dirección alejándoles de ella. "Siempre te tomaste tiempo para hacerme sentir especial", "Siempre me hiciste sentir incluido", "Has cuidado tan bien de mí, eres una hija grandiosa", "Hiciste que me abriera y me preocupara por otra gente, eres mi mejor amiga", "Eres lo mejor que me ha pasado, me hiciste ser un hombre mejor", "Cambiaste mi vida y te quiero mucho", "Mi vida no había empezado hasta que te conocí", "Eres la mejor madre que pude pedir".
De esta forma tan bonita y especial descubrimos que Travis, Laurie y su bebé se van a mudar a la antigua casa de Grayson, que sigue cogiendo polvo y que Jules se niega a vender (bonito guiño al comienzo del capítulo para recordarnos una profesión que ejerció al comienzo de la serie pero que fue quedando en el olvido) porque no quiere que cualquiera entre a "la isla de Jules". Y entonces llega el brindis final, acompañado de "Ever after" de Charlotte Lawrence.
"Probablemente vamos a hacer esto por el resto de nuestras vidas, sólo tomar vino y estar juntos, no haciendo nada. Somos tan afortunados"
Esta temporada hemos tenido guiños cinéfilos ("I'm the captain now"), seriéfilos (ese momento 'Breaking Bad'), a la propia serie ("Change approved!", "Penny can!", "Come on!", los motes de Ellie para todo el mundo, el recuerdo que hace Jules a todas las copas que se le han roto, gestos asociados al universo 'Cougar Town'), amistades imposibles (esa "aventura emocional" entre Ellie y Travis) y apariciones estelares (Cindy Crawford). Pero aún así no han sido suficientes para borrar otras tramas que no había por dónde pillar (la recreación de la guerra, los amoríos de Chick, el nuevo trabajo de Andy...). Eso sí, esta vez nos hemos quedado sin viaje, una de las características de la serie, que siempre trasladaba al grupo en sus finales de temporada a algún lugar.'Cougar Town' ha dicho adiós de una forma irregular, pero dejando un buen recuerdo en la memoria de todos los que la hemos seguido. Chin-chin.