En la tierra de Altamira (no hay equivalente británico), de las capillas románicas con frescos extraordinarios (no hay equivalente británico), de Velázquez, Murillo, Zurbarán, Goya, Sorolla, Picasso, Miró, Julio González y Oteiza (idem de idem), el Imperio británico amontona en la fundación March transformada en almoneda 180 obras, casi todas ellas menores, que se presentan como "el desconocido tesoro del arte británico".
Holbien, Sir Thomas Wyatt el joven, c 1540-42
Acomplejados, tal vez, porque el arte británico siempre queda en un segundo término en la historia del arte, es decir que no pasaría nada si sus artistas no hubieran existido,esta exposición trata de convencer al espectador de la originalidad del arte británico y que es un tesoro por descubrir.En la primera sala, empezamos con Holbein, que era alemán, luego Gheeraerts, que era flamenco; Pietro Torrigiani, que era florentino e Isaac Oliver, que era francés.
Seguimos con Anton Van Dijck, que era de Amberes; Peter Lely, que era de Westfalia; Godfried Kneller, alemán formado en Holanda e Italia y Jan Siberechts, que también era de la patria de Rubens, Amberes.
Pasamos al Siglo XVIII con Canaletto, que era veneciano; Rigaud, que era francés nacido en Turín; John Hoppner, hijo de alemanes y Zoffany, que era de Frankfurt. En cuanto a los escultores, Roubiliac era de Lyon y Nollekens de origen flamenco. El extraño Füssli era suizo alemán.
J.S. SARGENT
En el siglo XIX, preside el gran lienzo de John Singer Sargent, americano nacido en Florencia; Dante Gabriel Rossetti, de padres italianos lideró el movimiento prerrafaelita, es decir que para estos modernos ingleses lo ideal era antes de Rafael y, por supuesto, era italiano.WHISTLER
Whistler nació en Massachussets, Sickert nació en Munich de padre danés y Windham Lewis nació en Canadá de padre estadounidense.
El escultor de los inicios del XX se llama Gaudier-Brzeska, porque era francés y se casó con una polaca de la que tomó el nombre.
En la segunda mitad del siglo XX dominan el arte británico Francis Bacon, irlandés nacido en Dublin y que murió en España por estar enamorado de nuestro país; Lucien Freud, nacido en Berlín y nieto del vienés Sigmund; y Frank Auerbach, que también nació en Berlín.
Eduardo Paolozzi es británico, de padres italianos y el interesante Kitaj nació en los EEUU de padres judíos húngaros.
Para rematar la lista, David Hockney, que nació británico, es conocido como el pintor gay californiano donde vive desde hace más de 50 años.
El comisario explica todo este porque "el arte británico es sorprendentemente universal".
Visto esto, no sé a qué esperamos para declarar a Durero pintor español, puesto que en ese momento Alemania era parte del Imperio de Carlos V, y el pintor trabajó para SU emperador; la pintura flamenca desde el matrimonio de Juana la Loca con Felipe el Hermoso también debería ser española, siendo así Rubens un pintor español puesto que Flandes era el reino de España y trabajó para SU rey Felipe IV, y también la pintura napolitana desde el siglo XV hasta finales del siglo XVIII podría ser rotulada como pintura española; y cómo no todo lo que se realizó en América desde 1492 hasta la Independencia también es arte español...
Esto me recuerda haber visto un diccionario de pintura francesa en el que Picasso era un "pintor francés nacido en Málaga"...
El Imperio barre ancho y se queda tan fresco.
Es lo propio de los Imperios.
Y es que si no hicieran eso, se quedarían con Turner, Gainsborough y Constable, y claro, se notaría demasiado.