Estos días, el apático verano ha venido sacudido por la intención de la dirección del PSOE de apartar de sus aspiraciones de candidato a Tomás Gómez. Intenciones avaladas al parecer en el convencimiento de que el actual Secretario General no cumpliría las expectativas electorales ni de lejos.
El dice que de su candidatura no le aparta ni dios, entendido éste en su trinidad en ZP, Cháves y Pajín. Y para reforzar su argumento aporta el amplio apoyo que tiene entre las bases socialistas.
El espectáculo está siendo dantesco y si hay alguien que hoy mismo es feliz con la situación creada por la falta de tacto de unos y otros y por el pobre espectáculo ofrecido no es otra que Esperanza Aguirre, cuyos escándalos de financiación ilegal, espías y demás corrupciones y corruptelas le van a salir gratis.
A Tomás Gómez falta que le pongan una cabeza de caballo en la cama para que se de por aludido (lo de “tengo una oferta que no vas a poder rechazar” ya se lo han contado) y debería ser consciente de que le han dejado más solo que la una desde la dirección federal, donde seguramente estén jugando otro partido de sucesiones internas o donde los madrileños son electorado cautivo para mantener a flote la oposición interna a Rajoy. Y después del esperpento de esta semana, a ver que otro se juega su prestigio sabiendo que los militantes le verán como un paracaidista impuesto.
Pd. Cuando alguien le escriba los discursos y demás soflamas a Gómez, que le aclare que la kryptonita, como todo fanboy sabe, tiene el efecto de dejar gilipollas perdio a Superman.