El género musical nunca ha estado entre mis predilectos, y de los pocos musicales que he visto podría contar con los dedos de una mano (y me sobrarían dedos) los que realmente me han llegado a gustar. Supongo que, entre otras cosas, eso explica el porqué nunca le he dado una oportunidad al cine de Bollywood. Pero me voy por las ramas. Aquí hemos venido a hablar de La la land, la nueva y aclamadísima película de Damien Chazelle tras la intensa Whiplash (2014). ¿Es tan buena como dicen? Ya adelanto que mi respuesta es un sonoro SI.
Como ya hiciera en la mencionada "Whiplash", Chazelle vuelve a ejercer de hombre orquesta al ser director y guionista. El libreto propone una trama clásica de historia de amor entre los dos personajes principales, que se nos presentan de manera alterna, contándonos cómo llegan ambos al momento en que se conocen. Tal vez en este inicio es donde encontramos lo más flojo del filme, ya que si nos ceñimos a los primeros minutos no podemos hacernos una idea de cómo evolucionará la película. La coreografía con que arranca "La la land" resulta espectacular y está filmada con una precisión asombrosa, pero creo que carece del alma que chorrea durante el resto de metraje. Afortunadamente, a partir de ahí todo empieza a crecer de una manera abrumadora. Y es que, aunque este primer tramo (muy corto) todo parezca pecar de cierta superficialidad, poco a poco la película se va convirtiendo en algo más que una mera sucesión de homenajes al cine musical y al cine clásico de Hollywood, con tal profusión de guiños que es difícil captarlos todos. De algún modo sutil Damien Chazelle va introduciendo detalles que hacen que, sin darte cuenta, la película te conquiste atrapándote en sus redes sin remisión. Es difícil hablar de la película con terminología técnica, ya que estamos ante un filme que transmite una magia especial, de esa que empequeñece todo lo demás. Aún así, son obvios el virtuosismo en la fotografía, el mimo expresado en la genial ambientación o el gran acierto a la hora de componer y desarrollar los temas musicales. Y por supuesto, destaca la milimétrica dirección en todos los aspectos que controla Damien Chazelle, en un trabajo que merece ser premiado.
Pero más allá de todo ello, estamos ante LA PELÍCULA DE EMMA STONE. Se habla en todos lados de la pareja protagonista como una unidad, pero bajo mi punto de vista Ryan Gosling, sin hacer un mal papel, queda totalmente a merced de la pelirroja actriz. Emma Stone borda cada segundo que aparece en pantalla, en una interpretación desbordante de algo que no se consigue con trabajo: carisma. La actriz está deslumbrante como nunca y, ahora mismo, no soy capaz de recordar una actuación tan memorable dentro del cine reciente. Además, vuelve a demostrarse la increíble preparación de los actores americanos en lo bien que cantan y bailan sin ser cantantes ni bailarines.
"La la land" supone un bello homenaje al cine clásico y al jazz, pero derrochando una entidad propia que la eleva como una de las películas del año. Mi consejo es que no hagáis caso a ninguna review ni a imágenes o tráilers, ya que ninguno de ellos hará justicia a la película pues no son capaces de transmitir las emociones que genera su visionado.
No sé si es porque estoy desentrenado con las películas románticas y musicales o porque "La la land" me ha pillado con la guardia baja, pero he salido encantado. Es una sensación maravillosa cuando uno va al cine con ciertos prejuicios y la película le explota en la cara.
Mi nota: 9