Revista Cine
Hoy me pongo a reseñar el primer libro que cayó en mis manos escrito por el mediático Stephen King. ¡Y qué suerte! Pocos son los libros del mismo autor que se acerquen a la tensión y la angustia transmitidos desde las líneas de La larga marcha (1979). Y es que reconozco que no soy muy seguidor de su obra, un autor capaz de lo mejor y de lo peor. La larga marcha se encuentra, sin duda, entre lo más recomendable de su extensa biografía.
Nos encontramos ante un EEUU alternativo y futurista. Cada año se celebra un espectáculo televisado a nivel nacional, un "show" esperado por las grandes audiencias de increíble y desagradable temática. Cien jóvenes tienen que andar hasta que sólo uno quede en pie. Y he dicho "quede" porque así tiene que ser. Noventa y nueve participan, pero sólo el ganador sobrevive. Rodeando a los participantes, soldados armados les ofrecen comida y bebida, pero no dudan en meterles un balazo a la cabeza si uno de ellos tropieza, se para, se desmaya o huye. Mientras tanto, las masas de gente les dan la bienvenida en cada uno de los pueblos, esperando saber el nombre del ganador.
Con este argumento en mi opinión espeluznante por la simplicidad de los hechos, el autor se recrea en la actitud de los muchachos ante el desafío. Las relaciones que mantienen entre ellos, sus conversaciones, sus preocupaciones y ambiciones se mezclan con el miedo a que se les meta una piedra en el calzado. Pero es el espectáculo lo que inquieta, la deshumanización del pueblo, la falta de empatía y la sed de sange aplacada mediante el circo romano que supone la larga marcha.
Una distopía cruel, fiera, espeluznante, que alterna el momento tenso que viven los personajes con descripciones triviales del entorno. Para algunos el gran pecado de King, para otros su gran virtud. La capacidad que tiene de narrar anécdotas, hechos pasados, detalles en apariencia insignificantes pero que, a la larga, conforman la psique de los personajes. En La larga marcha, estos detalles humanizan al grupo, lo que hace que sus muertes duelan mucho más al lector.
En definitiva, una buena novela, entretenida, de ritmo ágil y en ocasiones agotador, apoyada en una trama cercana al thriller y con el punto de mira encima la nuca del lector. Altamente recomendable.