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La lección de August de R. J. Palacio

Publicado el 30 marzo 2015 por Nina @NinaRapsodia
La lección de August de R. J. PalacioLa lección de August de R. J. Palacio
Editorial Nube de Tinta ~ 9788415594024
Su cara lo hace distinto y él solo quiere ser uno más. Camina siempre mirando al suelo, la cabeza gacha y el flequillo tratando en vano de esconder su rostro, pero, aun así, es objeto de miradas furtivas, susurros ahogados y codazos de asombro. August sale poco, su vida transcurre entre las acogedoras paredes de su casa, entre la compañía de su familia, su perra Daisy y las increíbles historias de La guerra de las galaxias.   Este año todo va a cambiar, porque este año va a ir, por primera vez, a la escuela. Allí aprenderá la lección más importante de su vida, la que no se enseña en las aulas ni en los libros de texto: crecer en la adversidad, aceptarse tal como es, sonreír a los días grises y saber que, al final, siempre encontrará una mano amiga.
A estudiar afueraLa lección de August de R. J. Palacio
Nota: Este libro no pensaba leerlo. Marujeando en la biblioteca de la universidad lo vi por casualidad y muchos podrían pensar por el lomo que es Bajo la misma estrella de John Green si lo ven de lejos. Pero bueno yo lo vi ahí frente a mí y me dije ¿why not?
Nota 2: Voy a contarles una historia personal que está directamente relacionada con lo que opino de este libro.
*Inciso historia no muy aburrida*
La lección de August de R. J. Palacio
Cuando tenia 18 años caí en una depresión muy profunda. Pero mucho. Me aislé de los pocos amigos que tenía, no salía de mi alcoba y por su puesto engordé unos 10 kilos. En esas mi apatía era máxima, solía acurrucarme en mi cama con mi perra y mirar a la pared. No quería ni leer. Pero pasado un tiempo, cuando estaba aburrida y sola fui al mueble de mi casa y agarré una edición pirata de El alquimista de Paulo Coelho. No lo había leído pero recordaba que a mucha gente le había gustado.
Lo fui leyendo de a pocos y a decir verdad, empecé a sentirme mejor. La búsqueda del pastor por su destino que se cuenta en el libro me entretenía y me hacía preguntarme que estaba haciendo yo por mi propia vida. Los mensajes inspiradores y toda la historia de conectar con el ser interior me inspiraron. Tanto así, que logré salir de mi depresión, en la que llevaba unos seis meses. Empecé a recuperarme y logré dejar esa etapa. Volví a leer y a ser la persona que era, bueno casi. Me prometí a mi misma no volver a abandonar jamás la literatura. Un año y poco después me cree este blog.
Me gusta pensar que este libro me sacó de la depresión. Pero al pensarlo con cabeza fría unos años después, pude darme cuenta que el libro utilizó el truco más barato del mundo para transmitir un mensaje.
*Fin inciso historia no muy aburrida*
Y ese truco es el aleccionamiento.
Con los años entendí que El alquimista lo que hizo fue aleccionarme. Decirme que debía pensar, que todo iba a ser hermoso solo si pensaba de forma positiva. Que tenía que ser buena persona y demás filosofía moralina para que todo lo bueno llegue a mi. Y eso no me gusta. No me gusta nada.
La lección de August de R. J. Palacio
Aprendí a odiar ese tipo de historias que describen como "inspiradoras" "historias de superación" y todo el demás rollo donde personas con problemas terminan siendo los buenos de la película, marginados sociales que terminan siendo los más populares y demás. No son más que una montaña de clichés. Y vaya, como odio los clichés.
August Pullman es un niño de diez años que ha sido educado en casa desde que recuerda. Tiene una deformidad en su rostro bastante compleja y por eso atrae las miradas aterradas de todos los que lo ven. Ha vivido en una burbuja toda su vida, sabiendo que es diferente. Pero ha llegado el día: August debe ir a la escuela para seguir con su formación estudiantil. Debe abrirse al mundo. Debe conocer gente nueva y hacer amigos. Debe salir de su caparazón familiar.
Empece el libro así
La lección de August de R. J. Palacio
Lo terminé así
La lección de August de R. J. Palacio
La lección de August es una historia lacrimógena, aleccionadora, inspiradora y demás adjetivos bonitos y positivos que se puedan imaginar. Se esfuerza demasiado en emocionar, en sacar la lágrima fácil y nos quiere vender una historia de superación que se cimenta en los más profundos tópicos más vistos y remasticados del mundo: padres buenos, familia buena, niños cabrones, amigos buenos, hermana con problemas y sobre todo una persona que es diferente pero que quiere llegar a ser aceptado. No hay un conflicto que se sienta tangible en esta historia y mucho menos algo que tenga algo de realista.
Pero OJO: el libro no es aburrido ni mucho menos. Los capítulos son mega cortos y me da pena semejante cantidad de partes en blanco en la edición (pobres arbolitos). La novela hace el amago de salirse del molde, de ser diferente usando una polifonía de narradores, de puntos de vista distintos que a ratos se repetían en el tiempo y no se diferenciaron notablemente: aparte de August tenemos a su hermana Via, sus amigos Summer y Jack, el novio de su hermana que se llama Justin y la amiga de Via, Miranda.
La lección de August de R. J. Palacio
Durante toda la historia asistimos a las experiencias de August en la escuela, del bullying que sufre por ciertos niños malos del colegio, de los amigos que va haciendo con el tiempo, de experiencias que empiezan bien pero terminan mal, de dramas familiares muy simplificados, un profesor que da clases de moralina en vez de lengua, SPOILER A August se le muerte su adorada perra Daisy y el niño ni se dedica unos capítulos a llorarla ¡POR FAVOR! SPOILER y al final tenemos unas escenas sacadas de una especie de película inspiradora de las que me hacen rodar los ojos.
Es una verdadera pena, porque el libro prometía al inicio, contado desde la primera persona de August, una persona en la que gira toda la historia pero a mi no me ha llegado y ni menos me ha llegado a preocupar por sus penas. Pero la trama se convierte en un tópico muy grande, que se reduce a ser aceptado y popular en el colegio, como hemos visto un trillón de veces. Resultó ser una de esas historias de superación que no me gusta ver en la literatura. Y eso, que se lee fácil, no cuesta ningún esfuerzo pero al final el viaje te deja vacío.
No me cuesta nada ser otra de las muy reducidas voces disidentes que no les gustó este libro. Pero bueno, que la autoayuda y moralina me ayudaron una vez, pero ahora no van para nada conmigo.

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