La EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) acaba de emitir un dictamen sobre la leche de fórmula enriquecida con vitamina D, ácido alfa-linoléico, ácido docosahexaenoico, hierro, etc., no aporta ningún valor añadido en la nutrición infantil, este tipo de leches son similares a las que no están enriquecidas. La EFSA considera que los suplementos que se adicionan a este tipo de leches no se pueden considerar necesarios para poder satisfacer las necesidades nutricionales de los pequeños.
La EFSA considera que otros alimentos ofrecen los mismos nutrientes y no por ello se les otorga la etiqueta de “enriquecidos”, habla de leches de continuación, leche de vaca o preparados para lactantes entre otros. En lo que respecta a la leche de fórmula para bebés de 0 a 6 meses de edad y preparados de continuación para bebés de 6 a 12 meses de edad, existe un vacío legislativo, por lo que se deduce que se deberá modificar la regulación comunitaria aplicada en el año 2006 sobre los preparados para lactantes y preparados de continuación.
Durante los últimos años ha crecido el número de preparados con base de leche y otros productos similares destinados a los más pequeños, éstos aparecen etiquetados como ‘leche especial crecimiento’, ‘leche especial actividad física’, y así un largo etcétera de definiciones, que se han estado comercializando en los países comunitarios. Hace un par de años, científicos, empresas y otras partes interesadas, mostraban opiniones diferentes sobre si los pequeños necesitan este tipo de productos para satisfacer sus necesidades nutricionales, ahora, un informe del panel de la EFSA de 103 páginas arroja luz sobre el tema.
Las leches y productos enriquecidos no contribuyen a superar determinadas deficiencias, como la falta de hierro o de vitamina D, de una forma más significativa que los alimentos normales, por lo que no pueden ser considerados como una necesidad que pueda suplir esas carencias. En el año 2011, el Instituto Federal Alemán para la Evaluación de Riesgos ya determinó en un estudio que este tipo de productos no eran mejores nutricionalmente comparados con la leche de vaca, este año la OMS (Organización Mundial de la Salud) también llegó a la misma conclusión.
Los representantes de los fabricantes de este tipo de alimentos no han realizado ningún tipo de comentario por el momento, se podría decir que “el que calla otorga”. Ahora la EFSA va a proceder a realizar un estudio en el que oriente de una forma más amplia sobre los requisitos dietéticos para lactantes y niños pequeños de hasta 3 años de edad. La EFSA explica que los niños tienen un consumo energético elevado, la ingesta de elementos como las proteínas, la sal o la fibra dietética, entre otros, no se encuentran en niveles que puedan despertar preocupaciones, sin embargo, la ingesta energética elevada sí puede favorecer el incremento de la tasa de obesidad infantil.
La agencia reconoce que las fórmulas fortificadas son una alternativa para incrementar la ingesta de determinados nutrientes, pero concluye que existen otras alternativas igualmente eficaces y más baratas, como por ejemplo los cereales o la leche de vaca, también habla de la introducción de los alimentos sólidos en su momento, pescados, carnes, etc., como un suplemento de calidad para satisfacer las necesidades del organismo.
Se concluye que la leche infantil de fórmula enriquecida no aporta ningún valor añadido, tampoco otros alimentos para niños de 1 a 3 años de edad, no dice que sean perjudiciales, simplemente que no aportan más nutricionalmente y que existen alternativas igualmente eficaces. De todos modos será interesante esperar a que dé a conocer la orientación sobre los requisitos dietéticos para lactantes y niños pequeños. Podéis leer el informe a través de este artículo publicado en la EFSA.
Foto| Jacques Ribieff
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La leche de fórmula enriquecida no aporta ningún valor añadido