“La lectura engrandece el alma y el amigo la consuela”, dice el célebre escritor y filósofo francés “Voltaire” en una de sus obras más notables: “El Ingenuo”.
De acuerdo con esta obra, un indio hurón, de origen canadiense, que tuvo que viajar a la Corte de Francia para tramitar un difícil casamiento con la mujer francesa que amaba, fue víctima de falsas acusaciones y luego encarcelado por quienes abusaron de su ignorancia.
Ya en la cárcel, el indio que hacía poco tiempo había llegado a ese país con muy poca instrucción, apoyado sólo por lo poco que aprendió en su contacto con la Naturaleza y entre los mismos indígenas, trabó amistad ahí con un cura muy ilustrado, llamado Gordon, quien había sido encarcelado a causa de sus ideas.
Este ejemplar sacerdote tuvo el cuidado de iniciar a “El Ingenuo” en el camino del conocimiento, y fue así como, apoyado en los libros que él mismo leía, lo interesó en la ciencia, la historia y la filosofía de su tiempo.
Al cabo de un año, habiendo logrado su libertad, el indio, ya muy cambiado en su manera de ser y de sentir la vida, ayudó para que su maestro y amigo, el cura, saliera también de prisión, agradeciéndole eternamente, como él mismo reconoce, por haberle enseñado a pensar.
Éste es uno de los grandes ejemplos de la literatura universal en que un hombre es enseñado a pensar y logra superarse por medio de la lectura.
Artículo publicado por la revista México Rural en su edición de agosto de 2017.