Revista Cultura y Ocio

La lengua Meridional-Ibero-Pirenaica

Por Rodrigojocilesferrer @jocilesferrer

Iberia sumergida en sus rumores clandestinos

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Esta reseña, la publiqué recientemente en Facebook, en varios foros interesados en prehistoria, arqueología, cultura… Como tuvo bastante “éxito”, me he decidido también a dejarla registrada en este medio, de modo que esté disponible de manera más permanente para el que desee consultarla y para poder compartirla en otras redes.

Se puede considerar un anexo de mi artículo “estrella” sobre el pasado remoto de Iberia:

https://jocilesferrer.wordpress.com/2014/11/09/iberia-en-los-tiempos-miticos-bibliografia-y-teoria/

En el cual podéis consultar la bibliografía de la que he extraído esta información, así como una tabla de pueblos y lenguas en el tiempo en la que propongo una ubicación para la misma, dentro del “rompecabezas” que es Iberia desde el fin de la última glaciación (8.000 a.C.) hasta la penetración del hierro (800 a.C.):

https://jocilesferrer.files.wordpress.com/2014/11/pueblos-de-iberia-mitica1.jpg

La tabla está registrada, pero la podéis descargar y utilizar, mientras quede claro que yo soy su autor original, gracias.

Las figuras de mapas las he descargado de Internet de ubicaciones desde donde se podía hacer libremente, así que entiendo que no supone ningún problema. Si fuera así, por favor, hacédmelo saber.

Espero que os pueda resultar interesante, vamos pues con la

LENGUA MERIDIONAL-IBERO-PIRENAICA:

Lengua indoeuropea, no céltica, anterior a las lenguas tartesia e íbera conocidas. Posiblemente corresponde a la tercera oleada indoeuropea de 3.000 a 2.800 a.C. Sus zonas nucleares son el valle del Guadalquivir, el valle del Ebro y los Pirineos, en donde sus raíces aparecen en topónimos.

Términos de esta lengua que han llegado hasta hoy son, Arzakozon, Arzaoz, ausetanos, Baetulo, ceretes, Idoubeda, Ilturo, Iluberis, Kelze, kertekunte, iacetanos, Mendiculeia, Osca, Salduie, túrmogos, Ura, Uzekerte, várdulos, etc.

Tanto la zona del Guadalquivir como la pirenaica, donde se asentaron más tarde lenguas de tipo íbero, cuentan con un sustrato indoeuropeo pero no céltico, previo a la aparición de los íberos e incluso de los tartesios conocidos. Un gran número de topónimos de esas dos zonas parecen ser de origen indoeuropeo pre céltico. La amplísima coincidencia entre la toponimia del sur y de la zona íbero-pirenaica incluyendo la Vasconia, lleva a admitir que en los valles del Ebro y del Guadalquivir, se asentó en un tiempo muy lejano (3.000 a.C.), antes de los tartesios conocidos, un pueblo de características culturales y lingüísticas indoeuropeas muy anteriores a los celtas, muchos de cuyos términos (bai-, uba-/oba-, ur-, urc-/urg-/urk-, ars-, kar-, kas-, mal-, seg-, seks-, etc.) se enmascaran con los empleados por tartesios e íberos, cuyas lenguas no eran indoeuropeas (según las hipótesis tradicionales, aunque otras revolucionarias más recientes, las sitúan como dos variantes de una sola lengua indoeuropea, perteneciente a la familia griega arcaica: el íbero, véase el artículo citado al principio).

Un elevado porcentaje de estos términos se refería a aquello que hacía de un territorio un espacio habitable, el agua. Así, uba- significaba ‘agua’ o ‘río’; ura-, ‘corriente de agua sucia’; ukos/-a, ‘fluvial’; uka-, ‘meandro’; y uke-, ‘asentamiento’. Estas gentes indoeuropeas primitivas estaban muy vinculadas a las corrientes de agua y dependían de ellas para su supervivencia.
Cómo y cuándo se asentó este pueblo en Iberia es algo desconocido aunque es muy probable que llegaran en una fase pre urbana, estableciéndose en pequeños asentamientos preferentemente en las orillas de los ríos, con lo que se garantizaba el agua para humanos, cosechas y ganado.

Estos asentamientos no crecían progresivamente sino que cuando la orilla era ocupada por el crecimiento de la población, las nuevas generaciones se iban instalando en el siguiente recodo; se ocupaba, al cabo del tiempo, toda la cuenca del río. Según un grupo estuviera asentado en un tipo de lugar de agua, así lo reflejaría el topónimo. Muchos de estos topónimos, acabarían imponiéndose sobre los nombres de otros tramos; y nos han llegado como nombres iniciales de los principales ríos: Anas, Tertis, Dourios o Sucro (Júcar). Es muy posible que los grupos asentados no dispusieran de una idea global del río.

La lengua meridional-ibero-pirenaica se puede considerar la lengua paleo hispánica, con relaciones lingüísticas cercanas con otras indoeuropeas como las bálticas y la itálica. Es posible que en ellas existiese un sustrato previo dialécticamente similar a esta lengua paleo hispánica.

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Hace años empecé a documentarme porque quería escribir una historia de espada y brujería, hadas y dragones, mínimamente bien ambientada en la Iberia, la Europa atlántica y el Mediterráneo de la Edad del Bronce y ya veis el barro en que me he metido, construyendo mi particular Silmarillion (celt)ibérico.

Este es mi sitio y esta es mi espina


La lengua Meridional-Ibero-Pirenaica

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