Revista Homo
La política italiana es un filón para la prensa amarilla. Raro es el día en que no ofrecen jugosos titulares por su incontinencia sexual o por los escándalos protagonizados por el primer ministro, Silvio Berlusconi, y su larga corte.
Berlusconi, más conocido en el exterior por sus juergas subidas de tono en Villa Certosa que por su gestión política, dijo recientemente en una convención de su partido, el Pueblo de la Libertad, que “dentro de todos nosotros hay un 25% de homosexualidad, y yo también lo tengo, sólo que luego de un atento examen descubrí que mi parte es lesbiana”.
Una estupidez más en su lista de frases nada ingeniosas y exabruptos de un líder político anacrónico que, pese a largo historial judicial y de escándalos sexuales, sigue al frente de un Gobierno que comienza a ruborizar a la inmensa mayoría del pueblo italiano.
Escasos días después de que Berlusconi se declarase lesbiana, para desgracia de las propias lesbianas, el Gobierno italiano volvió a protagonizar un nuevo episodio homófobo al arremeter contra un anuncio “gay frienly” de Ikea. El secretario de Estado de Familia, Carlo Giovanardi, ha tachado de "grave y de mal gusto" una foto de dos hombres de la mano con el eslogan "abiertos a todas las familias"
Giovanardi critica a la empresa sueca por "venir a Italia a decir a los italianos qué cosa deben pensar, polemizando contra su Constitución".
La fotografía de la pareja está acompañada del eslogan "Estamos abiertos a todas las familias", pero la campaña gay friendly de Ikea no ha terminado de convencer al político italiano, quien en su día dijo que "la adopción de matrimonios gays favorece el tráfico de niños".
Sus polémicas declaraciones han sulfurado a los partidos políticos de izquierda, así como a las asociaciones en defensa de los derechos de los homosexuales, según publica el diario Público.