Este tipo de cáncer se inicia generalmente con un incremento lento de los linfocitos B, luego afecta los ganglios
linfáticos u otros órganos como el hígado y el bazo, hasta que finalmente provoca
insuficiencia de la médula ósea. Se desconoce la causa de la LLC. No existe
ningún vínculo con la radiación, químicos cancerígenos ni virus. Este cáncer
afecta principalmente a los adultos, alrededor de los 70 años y, rara vez, se
observa en personas menores de 40 años. Generalmente, los síntomas que pueden
presentarse abarcan: Hematomas anormales, Inflamación de los ganglios
linfáticos, Hepatoexplenomegalea, Diaforesis, Disnea, Fiebre, Infecciones
recurrentes, Inapetencia y Pérdida de peso. Los pacientes con leucemia
linfocítica crónica por lo regular tienen un conteo de glóbulos blancos más
alto de lo normal pero para diagnosticarla y evaluar este tipo de leucemia se
necesita: Conteo sanguíneo completo con fórmula leucocitaria, Biopsia de
médula ósea, Tomografía computarizada del tórax, el abdomen y la pelvis, Pruebas
de inmunoglobulinas y Citometría de flujo de glóbulos blancos. El Tratamiento no se administra en fase
temprana. Sin embargo, los pacientes deben ser vigilados cuidadosamente por su
médico. Si el análisis encuentra una LLC de alto riesgo, el tratamiento tiene
que iniciarse lo mas pronto posible con Tirosina cinasa. En raras ocasiones, se
puede utilizar la radiación para los ganglios linfáticos inflamados y
dolorosos. Asimismo, se pueden requerir transfusiones sanguíneas o plaquetarias
si los conteos sanguíneos están bajos. El trasplante de médula ósea o de
células madre se puede utilizar en pacientes jóvenes con LLC avanzada o de alto
riesgo. Un trasplante es la única terapia que ofrece una cura potencial para la
LLC.