Revista Cultura y Ocio

La ley 99-1 de Edison

Publicado el 21 febrero 2011 por Vwollstein

…o la clave para terminar un relato.

La ley 99-1 de Edison¿Cuántas veces has tenido la idea del siglo y la pobre se ha quedado apuntada en un cuaderno guardado en la mesilla de tu cuarto? ¿Cuántos relatos sin terminar tienes en tu ordenador? Este es un post que habla de que una idea no es lo único necesario para llevar a cabo el proyecto… hace falta “llevarlo a cabo”.

Oda a los relatos inacabados

¡Oh, archivos incompletos que siempre quisisteis ser terminado!

No desesperéis, queridos, pues algún día escribiré

cosas que un niño leerá y le gustará.

Después de este arrebato poético echemos un ojo a la maravillosa ley de Edison: “1% Inspiración, 99% Transpiración”. ¿Quién está de acuerdo? Cualquiera se opone a Vir, pero pocos se opondrían a Edison, por eso lo he dicho de su boca.

Picasso también decía “Que la inspiración te pide trabajando”. Este tipo me encantaba. Es de los pocos pintores que han tenido éxito arrasador durante su vida ¿por qué todos los genios molan? Yo a veces me hago mi propia lista de genios, gente emprendedora que con su trabajo y esfuerzo (además de con su linda cabecita) han conseguido grandes cosas. No aspiro a ser como ellos (por lo de la linda cabeza), pero si fuera por el esfuerzo yo les desbancaba a todos.

En fin, hoy estoy divagando. Retomemos el hilo del post. Otra frase que me hace mucha gracia y me dijo un amigo de Altanta: “Vale más culo de hierro que mente de oro”. Jeje… creo que la voy a poner de lema en el blog. Expliquemos qué quiero decir con esto:

  • Trabajar, no esperar a que lleguen las musas. Puede que tengas las mejores ideas del mundo, pero si se quedan en el maravilloso mundo de Sócrates, ¿para qué las queremos?
  • De esto último se desprende (como decía mi profe de álgebra, eje, que hablaba como Sebastián, el cangrejo de la Sirenita) que necesitamos un ritmo de trabajo. No importa cual es el ritmo, no hay un ritmo adecuado para todo el mundo, ni para cada situación. Puede ser diario o semanal (mensual yo lo vetaría). Establece tu propio ritmo de trabajo en función de tus circunstancias.
  • Otro modo decirlo es: No trabajar a trompicones. Presentarse a concursos está muy bien, pero si el resto del tiempo no estamos escribiendo, es como cuando un deportista no hace deporte todo el año, qué pasa cuando lo retoma: está oxidado. Pues nosotros como escritores también nos podemos oxidar.

Y ya, solo quería decir esto.

¡Un beso y buen día!


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