Es una realidad olvidada, que muchos la consideran leyenda sobre lo que hay escondido debajo de la Plaza de Las Tendillas. Hablo de un bonito tesoro que esconde nuestra ciudad. No es nada material, es un tesoro natural: un lago.
El lago subterráneo, llena de estalactitas y estalagmitas con agua cristalina, se puede atravesar en barca y ocupa toda la plaza.
Uno de los accesos al lago está en uno de los sótanos de una casa en la calle Juan de Mena, conocida como "Casa del Agua".
La leyenda
Que hay un lago debajo de la plaza de Las Tendillas lo sabe todo el mundo. Basta con charlar un rato con el dueño de algún negocio de toda la vida por la zona para que te cuente con pelos y señales una historia sobre este reino oculto. Al fin y al cabo, en eso consiste una leyenda.
La pregunta que siempre nos hemos hecho es: ¿realmente hay un lago debajo de Las Tendillas?
Pues un lago, propiamente dicho, no. Pero perfectamente podría haber un gran acuífero con entradas secretas que los vecinos ponen a buen recaudo, sin duda, porque Córdoba tiene aguas subterráneas para aburrir.
Historia
La presencia de bolsas de agua, como la que se encuentra debajo de Las Tendillas, han calmado la sed de los cordobeses de todas las épocas.
La Córdoba fundacional romana se creó donde se creó por la ubicación del río Guadalquivir, como por la posibilidad de explotar acuíferos abundantes que procedían de la Sierra alimentados por arroyos que hoy en día son parte del callejero.
La fundación de la ciudad se emplazó sobre un auténtico acuífero libre aluvial cuyas aguas se explotaron con distintos fines a lo largo de la historia.
Todas las culturas que han pasado por Córdoba han explotado este acuífero, por medio de pozos, aljibes y alcubillas que hoy se han convertido en entradas secretas.
El lago de Las Tendillas es una clave en la ubicación misma de Córdoba, donde se puede obtener agua abundante y limpia.
La presencia del lago de Las Tendillas puede datar de los años 20 del siglo pasado aunque las realidades objetivas forman parte de la historia de la ciudad. Todos los caminos llevan a la calle Juan de Mena o, en su defecto, a la iglesia de la Compañía. La forma en la que la Córdoba musulmana abastecía de agua a sus habitantes mezclando pozos privados con canalizaciones.
En muchos casos, se produjo una reutilización de insfraestructuras hidráulicas romanas que han estado en uso hasta hace muy pocas décadas. Aguas que, en esa época, se transportaban hasta las casas por medio de azacanes y que eran de mayor calidad que las que se obtenían en los pozos.
La bolsa de agua de Las Tendillas pudo ser uno de los manantiales más importantes de la Córdoba de la época, con el nombre de 'Ayn Farqad, que eran de las más hermosas de la ciudad y dedicada a un asceta del siglo VIII.
Quizá éste sea el motivo y la razón por el que Córdoba dispone de gran cantidad de fuentes de agua potable por toda la ciudad y que son de gran calidad, donde los cordobeses podemos disfrutarla, sobre todo en épocas de calor.