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La leyenda negra de los Borgia

Por @asturiasvalenci Marian Ramos @asturiasvalenci

Las constantes acusaciones de sus enemigos, fueran ciertas o no, ayudaron a crear una leyenda negra en torno a la familia de los Borgia.
La leyenda negra de los Borgia

Cando hablamos de esta familia valenciana siempre nos acordamos, posiblemente gracias a la película Los Borgia, de sus cuatro personajes más célebresLos investigadores siempre han mantenido razonadas dudas de que todos los rumores que giraron en torno a sus vidas fueran reales o estuvieran, más bien, provocados por sus más peligrosos enemigos. Quizás la respuesta a este problema está en que les tocó vivir una etapa muy complicada de la Historia. Se estaba realizando la transición entre la Edad Media y el Renacimiento. En Italia, varias familias muy poderosas luchaban entre ellas por el poder: Orsini, Sforza, Colonna y Della Rovera. Los Borgia fueron una de las familias más influyentes y polémicas del Renacimiento. Y entre todos sus miembros el que más destacó fue Alejandro VI.



La leyenda negra de los Borgia

Nos encontramos en la Roma del siglo XV en un momento de esplendor del Renacimiento italiano para las artes: pintura, arquitectura, literatura, escultura y música. Fueron años en los que Da Vinci, Miguel Ángel, El Bosco y Galileo aportaron lo mejor de sí mismos para la posteridad.

La reputación de esta familia no tiene precedentes en la Historia. Por eso… ¿dónde acaba la historia de los Borgia y comienzan los rumores y leyendas de sus actuaciones?Rodrigo de Borgia nació en Játiva (Valencia) en el año 1.431. Su infancia estuvo marcada por la influencia de su tío que fue nombrado Papa, Calixto III.


La leyenda negra de los Borgia

Cuando tenía 25 años, Rodrigo de Borgia fue nombrado cardenal. Comenzaba así, una carrera desenfrenada hacia el poderdonde era necesario eliminar todo aquello que molestara para la consecución de sus objetivos.Era un hombre inteligente, estratega, diplomático, elocuente y con una presencia física que las mujeres adoraban.Aunque su verdadero objetivo era llegar al trono papal, mientras sucedía esto no perdió el tiempo. Fue acumulando títulos y posesiones. Realizó alianzas políticas que le favorecieron en el futuro.


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Tuvo varias amantes que le dieron hijos. Con su preferida, Vanozza, tuvo cuatro hijos que seguirían la estela de su padre: Juan, César, Lucrecia y Jofré.Juan era el hijo mayor y el preferido de Rodrigo. Cuentan de él que era un gran seductor y adúltero.César Borgia era el hijo más celoso de todos, sobre todo, de su hermano Juan. Muy violento, estratega y hábil con el manejo de las armas fue acusado de cortar el cuello a su hermano Juan y asesinar a Alfonso, el marido de Lucrecia. Además, rompió el voto de castidad.Lucrecia era la única mujer. La hija que siempre hizo lo que Rodrigo la ordenó. Fue utilizada varias veces como peón de cambio para las artimañas políticas de su padre y de su hermano César.
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Aunque muy despiadado con sus enemigos, Rodrigo tenía grandes aspiraciones para sus hijos. Los amaba tanto que llegó a cometer errores muy graves.Una calurosa mañana del año 1.492, Rodrigo de Borgia fue elegido Papa. Ocupó su trono como, Alejandro VI.Tan solo con su nombramiento ya comenzaron a oírse rumores de la compra de los votos  necesarios para su elección. Lo bien cierto es que, fuera o no verdad, Alejandro VI ya había firmado, anteriormente, unas alianzas muy influyentes con los Sforza y Farnesio que le ayudaron a subir al trono papal.


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Alejandro VI decidió comenzar la estrategia con su hija Lucrecia que tan solo tenía 13 años de edad. La prometió en matrimonio al miembro más poderoso de los Sforza, Giovanni. No dudó en casar a su hija con alguien que le doblaba su edad.Por aquel entonces a las niñas se las casaba muy jóvenes. Y muchas veces veían por primera vez al que iba a ser su marido en la ceremonia nupcial. Lucrecia Borgia y Giovanni Sforza se casaron en el Vaticanocomo si se tratara de una boda real. Tras el banquete, Alejandro VI se enfrentó a la ‘partida’ de su querida hija. Y esta amargura comenzó a convertirse en un constante rumor en la sociedad italiana.


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El propio padre fue el que cumplió con la tradición de estar presente en la cámara nupcial para certificar que el matrimonio se había consumado.Pero todos lo decían, la pasión que Alejandro VI sentía por su hija no era normal. Tampoco la actitud de Lucrecia que siempre realizaba la voluntad de su padre. Estaba totalmente dominada por él.Pero todo fue cambiando con el tiempo. A los tres años de celebrarse este enlace y empujado por los cambios en las alianzas políticas, Alejandro VI decidió que el matrimonio debía anularse. El único motivo que admitía la Iglesia era por impotencia. Sforza valoró todas las posesiones que podía perder si rechazaba esta blasfemia y terminó admitiendo la acusación. Pero a cambio, muy dolido, comenzó a atribuir a los Borgia diferentes delitos. El que más impactó en la sociedad italiana fue el incesto entre Lucrecia y Alejandro VI.¿Era verdad o fue fruto de la venganza de Giovanni? Lo cierto es que, a partir de aquel momento, muchos de los enemigos de los Borgia secundaron aquella acusación. Pero no fue el incesto únicamente…Se decía que Alejandro VI había perfeccionado un veneno convirtiéndolo en mortal: la cantarella. Resultaba una forma muy cómoda de deshacerse de los enemigos sin necesidad de empuñar las armas.


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Contaban que Lucrecia era la especialista en administrar este veneno porque conocía las proporciones adecuadas para cada enemigo. Decían que llevaba un anillo con una aguja escondida impregnada de cantarella y que bastaba una palmada en la espalda para envenenar al saludado…¿Eran ciertas estas acusaciones o solo un intento de debilitar el tremendo poder de una familia española en Italia?Pero por muchos rumores que se lanzaron contra los Borgia la familia seguía imparable hacia la consecución de sus objetivos políticos. Surgieron muchas voces críticas de la imagen que estaba dando la Iglesia.Alejandro VI pidió a su hijo Juan que regresara a Romapara comandar el ejército papal. No fue consciente de los celos que tenía su hermano César que vio como su padre le había ignorado. Este odio se incrementó cuando Juan comenzó a cortejar a Sancha de Aragón, la amante de César de Borgia. Una noche, después de una cena familiar, Juan y César decidieron dar un paseo por Roma.A la tarde siguiente, un pescador descubrió el cadáver destrozado y mutilado de Juan Borgia, el hijo predilecto del Papa.¿Quién fue su asesino? Aunque desde aquel momento todas las miradas se dirigieron hacia su hermano César, otros mantuvieron la creencia de que había sido asesinado por un miembro de la familia Orsisi. Cada vez los Borgia tenían más enemigos...


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Lucrecia Borgia fue de nuevo el peón que le sirvió para mover ficha a Alejandro VI. Concertó otro matrimonio, esta vez con Alfonso de Aragón, hijo del rey de Nápoles, un joven apuesto y muy noble.

Lucrecia se enamoró a primera vista de Alfonso. A Alejandro VI le fallaron todas las previsiones. Así, el emparejamiento que parecía político, se convirtió en un matrimonio por amor.En tan solo seis meses, Lucrecia declaró que estaba embarazada. ¿Alejandro VI se moría de celos? El caso es que, una mañana, su hija recibió una carta que volvería a marcar su vida. 

Su padre le contaba que, por motivos políticos, había tenido que concertar el matrimonio de César con la hermana del rey de Navarra, Carlota. Ambas familias eran enemigas. Así que, el padre, confesaba a su hija que lamentablemente tenían que romper relaciones con la familia de Alfonso.Lucrecia imploró protección para su marido. Siguieron su idilio hasta que una noche, después de la cena, Alfonso se retiró solo y recibió por la espalda numerosas cuchilladas que lo dejaron gravemente herido.Durante seis semanas, Lucrecia no lo abandonó hasta que éste comenzó a mejorar visiblemente de sus heridas. Pero una noche, alguien entró en el dormitorio de Alfonso y terminó con su vida estrangulándolo.De nuevo corrieron rumores de que César había sido el asesino porque el marido de Lucrecia y su familia le impedían seguir ampliando sus posesiones. Ahora que estaba muerto, la alianza con Francia podía firmarse.Lucrecia fue víctima de las ansias del poder que tenían los Borgia. Aunque ella estaba segura de que había sido su hermano, nunca existieron pruebas contra él. Así que no le tocó más que seguir obedeciendo. Ella sola nunca podría rebelarse en contra de su hermano y de su padre.Esta vez fue el propio César Borgia quien preparó el matrimonio de Lucrecia con Alfonso d’ Este.Los Borgia estaban muy cerca de convertirse en una de las familias más influyentes de Europa. Bajo la dirección de César, el ejército papal fue incorporando pueblos al estado pontificio. César era la imagen de la violencia, la venganza y la astucia.


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Savonarolla fue una de las voces más críticas que declaró que los Borgia eran la personificación del mal y que con su soberbia estaba provocando el final de la Iglesia. La contestación de Alejandro VI no tardó en llegar. Fue excomulgado y posteriormente quemado en la hoguera.

Durante el verano de 1.503, después de un banquete nocturno, Alejandro y César caían misteriosamente enfermos. El hijo, posiblemente debido a su juventud pudo recuperarse, pero el padre no lo hizo.Alejandro VI murió a la edad de 72 años. Cuentan que el estado del cuerpo era escalofriante: la lengua morada y el cuerpo hinchado. Todo parecía indicar que había sido envenado. Aunque posiblemente fuera por culpa de una epidemia que se había extendido por Roma: la malaria.César Borgia fue expulsado de Roma cuando subió al trono Papal Julio II. Fue exiliado a Castilla y encerrado en el castillo de Medina del Campo de donde pudo escapar hacia tierras navarras. En la batalla de Viana, junto a Fernando el Católico, fue asesinado a hachazos.En cuanto a Lucrecia pudo vivir los últimos años de su vida en paz y alejada de las fechorías y traiciones que había vivido durante toda su existencia.


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No todos los Borgia tuvieron esta aureola tan peculiar. Francisco de Borja fue el ‘bueno’ de la familia. El biznieto de Alejandro VI, nació en Gandía (Valencia). Desde muy joven estuvo ligado a la corte de Carlos V.Pero un acontecimiento inesperado cambió la trayectoria de su vida: la muerte de Isabel de Portugal, esposa de Carlos I. Decían que era muy hermosa.Francisco fue el encargado de transportar el féretro desde Toledo hasta Granada. Una vez allí tuvo que certificar que era Isabel. Cuando abrieron el féretro, vio a aquella mujer que había sido tan bella con el cuerpo descompuesto… Prometió que nunca más volvería a servir a un señor mortal. Así que regresó a Gandía para convivir con su mujer e hijos. Comenzó a tener contactos con los jesuitas. Otro hecho le empujó a dedicar su vida completamente a los demás: la muerte de su mujer.Junto a San Ignacio de Loyola se dedicó por entero a ayudar a los más necesitados y a crear numerosas misiones para mandarlas a diferentes partes del mundo.


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Después de un viaje a Portugal junto al Papa regresó a Roma de donde ya no salió por su propio pie. Murió muy debilitado. Fue canonizado por el Papa Clemente X.

San Francisco de Borja fue otro de los personajes que representaron la otra cara de la familia de los Borgia


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