Revista Opinión

La Leyenda Negra llega al norte

Publicado el 03 noviembre 2013 por Vigilis @vigilis
Durante la mayor parte del reinado del emperador Carlos no se ve en Alemania un sentimiento antiespañol que vaya más allá de la natural ojeriza medieval por lo foráneo (como ocurre en siglos anteriores, los diarios de viajes de los peregrinos a Santiago de Compostela, nos dan pistas sobre la imagen que tienen en Europa de los españoles).

La Leyenda Negra llega al norte

Carlos V a caballo en Mühlberg (Tiziano, 1548). Gol de Señor.

Arcabuceros españoles y lansquenetes alemanes se enfrentan con frecuencia a Francia (el reino más poblado de Europa, compacto y cuyos conflictos siempre están en sus fronteras, lo que les ahorra mucha logística) con resultado victorioso (habrá que esperar tres siglos para que el ejército francés por fin ocupe Italia). También se enfrentan juntos al turco en el sitio de Viena (1529), una batalla que como la de Talas (751), resulta un excelente punto de divergencia para una ucronía.
Sin embargo no serán ni los turcos ni los franceses los responsables de la ojeriza antiespañola que se extenderá por Europa durante el siguiente siglo. Como siempre, el peor enemigo está en casa y aquí serán los alemanes seguidores de Lutero los que creen más dolores de cabeza. Las principales críticas que recibimos no son, como en un primer momento podemos pensar, por ser papistas y fanáticos cristianos. Sino por lo contrario.

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Martín Lutero, a quien Dios confunda.

Ciertas ideas que ya estaban operando en Italia, acerca de la impureza de la sangre española por la presencia de musulmanes y judíos, son las que triunfan a la hora de hacer el injusto retrato robot del español estándar. Cualquiera diría que España no es el país que hasta ese momento más ha combatido al musulmán. Pese a que hoy vemos cómo España era más papista que el Papa, en la época, España era para los luteranos una cosa parecida al turco. Cuando Martín Lutero retrata a las naciones (Alemania, España, Francia e Italia, no le interesan o no existen otras) en sus Charlas de sobremesa, a los españoles nos pinta como taimados y astutos, prejuicios que se aplicaban a los judíos. Será con el dominio español con quien más se extienda a gusto. Para Lutero es más deseable caer ante el turco que ante el español, pues aunque ambos carecen del favor de Dios, el turco al menos impartirá justicia, mientras que el español "se conducirá como una bestia". El fundador de la reforma protestante tendrá oportunidad entre soflamas nacionalistas alemanas, de poner a los españoles a caer de un guindo —"rapaces traicioneros"— dedicándonos exactamente los mismos epítetos que el furibundo antisemitismo europeo (Erasmo, Tomás Moro) dedicaba a los judíos.
Es relevante hacer notar la importancia de la imprenta en aquella época. La imprenta cumplió para los protestantes el papel que sus armas no lograron. Se publicaron centenares de miles de ejemplares de escritos de Lutero, que se traducían a varias lenguas. En la época, la mayor parte de la población era analfabeta y se tenía que leer en público y en voz alta. Pensad en el alcance que este nacionalismo alemán antiespañol podía lograr. Esta operación de marketing fue llevada a cabo a gran escala, sin reparar en gastos. La propaganda española no fue capaz de contrarrestarla.
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Es casi una ley histórica que en tu casa crías a tu peor enemigo. No sólo la Brevísima relación de De las Casas será traducida (y acompañada de dibujitos explícitos) sino también Las artes de la Inquisición española del fraile González Montano será tomada como referencia "de primera mano" de lo que era el proceder español. Así, es este fraile español el que establecerá la mala fama de la Inquisición que triunfará en Europa y llega a nuestros días. Cualquiera diría que en Alemania no quemaban "brujas" a centenares ni colgaban a judíos sin juicio. A mi me llama mucho la atención cómo triunfa el relato de la malvada Inquisición cuando en otros países la persecución religiosa o de género (ups) fue más extendida (la persecución de "brujas" la llevaron a América los ingleses y holandeses) y cruel (los delincuentes comunes confesaban delitos de brujería para que los llevaran a las cárceles de la Inquisición, donde eran tratados mejor que en las ordinarias y además podían contar con abogado y médico) que la de la Inquisición. Como en todo lo que tiene que ver con la Leyenda Negra, tiendo a pensar que ésta no hubiera triunfado tanto de no ser porque los españoles nos la creemos. Pero no es éste momento para las conclusiones.
Países Bajos Españoles
Por herencia de la Casa de Habsburgo, los Países Bajos pasan a ser una posesión de la Monarquía Hispánica. Una especialmente rica (se recaudaba tanto aquí como en toda América) región que a partir de 1581 pierde su mitad norte pero cuya mitad sur permanece vinculada a España hasta la guerra de Sucesión.
Durante el reinado de Felipe II, los independentistas holandeses estarán capitaneados por Guillermo de Orange, quien ante la recompensa que pone Farnesio a su cabeza, hará que un hugonote le escriba su "Apología del príncipe de Orange" (1580). En esa pequeña obra aparece ya lo que es el corpus de la Leyenda Negra. Es un opúsculo que ataca en lo personal a Felipe II, le acusa de la muerte de su hijo Don Carlos (algo que será repetido hasta el infinito en novelas y obras de teatro), de adulterio, de incesto, etc. Como sucedió con los luteranos alemanes, Holanda pone sus imprentas a funcionar día y noche. Se traducen las Apologías a todas las lenguas europeas y se vuelven a publicar las obras de González Montano y de Bartolomé de las Casas, pero en ediciones "más completas", con más dibujitos de gente empalada y testimonios documentales fabricados. Si los originales ya eran más que dudosos, las ediciones que salen de las imprentas holandesas son puros aparatos de propaganda política. Estas ediciones serán tomadas como referencias por los historiadores europeos de los siguientes siglos.

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Le miroir de la cruelle, & horrible tyrannie espagnole perpetrée au Pays Bas, par le tyran duc de Albe, & autres commandeurs de par le roi Philippe le deuxième (1620).

En España estas obras son prohibidas, con lo que se convierten en objetos valiosos que serán también tomados en serio por polemistas varios. Al mismo tiempo, los libros de los apologistas españoles no serán tenidos en cuenta (no sé a vosotros, pero a mi me cuesta horrores encontrar a los ortodoxos españoles y eso que haberlos haylos). La vieja mentira pasa a ser la nueva verdad histórica. A partir sobre todo del XVII y en el contexto de "guerra eterna" y sublevación perpetua de los independentistas, salen a la luz gravemente exagerados desmanes cometidos por españoles. Ciertamente tropas mal pagadas cometieron frecuentes abusos contra la población y durante la guerra sale lo peor de la especie humana, pero no hay que olvidar que este tipo de desmanes los han cometido todas las naciones... cosa que sirve al incauto para justificar cualquier historia. Pero hay una diferencia con la Monarquía Hispánica. Al contrario que otras potencias hegemónicas, la Monarquía Hispánica no se dedicaba a saquear sino que dedicó grandes recursos a civilizar (reproducir modelos de organización social y costumbres en sus posesiones). Nada tiene que ver el modelo imperial británico con el español, por ejemplo. Y sin embargo escuchamos una y otra vez que todos los imperios son iguales.
La Leyenda Negra es la historia estándar que se enseña en todo el mundo. Una historia construida en un contexto muy concreto pero que hoy pasa por ser una especie de sentido común de la historia. Es necesario quebrar ese sentido común de la historia. ¿Por qué? Porque sí: la verdad no necesita razones.
Leyenda Negra funcionando a toda máquina:


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