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La leyenda y su noche mágica

Publicado el 10 enero 2012 por Marianofusco

La leyenda y su noche mágica

La escena parecía haberse escapado de la novela más reciente de Nick Hornby. Escritor inglés fanático del Arsenal, su “Fiebre en las gradas” es lectura obligatoria para cualquier alma futbolera. Todo lo que representa ese libro se vivió el lunes en el Emirates Stadium cuando los Gunners igualaban sin goles frente al Leeds United por la tercera ronda de la FA Cup. El conjunto londinense superaba a su rival de turno pero las falencias rutinarias de cada partido atentaban contra su clasificación a la siguiente fase. Las ocasiones de peligro se multiplicaban minuto a minuto. Las frustraciones y la ansiedad, también, al ritmo de la imprecisión personificada en Marouane Chamakh y Andrei Arshavin.

Desde que Arsené Wenger confirmó el retorno de Thierry Henry a su hogar, los hinchas marcaron en rojo el lunes nueve de enero como el día señalado para el regreso del ídolo. Con el marcador estoico en un inquebrantable cero a cero, las tribunas rugieron de repente. El delantero francés, el máximo goleador Gunner de todos los tiempos, había dejado de calentar al costado de la cancha y recibía instrucciones del técnico mientras se sacaba la ropa de entrenamiento y dejaba ver el doce estampado en su espalda. En plan salvador ingresó la leyenda viviente a los 68 minutos para emocionar al mundo del fútbol.

Una sensación generalizada sobrevolaba el aire: era el día indicado para el regreso perfecto. Y Tití cumplió con la expectativa que su vuelta había generado en la previa: Song, en otra actuación magnífica, clavó una daga en la última línea del Leeds y encontró al ídolo en el área. Henry no dudó: controló la pelota, abrió la cara interna de su botín derecho y definió al palo izquierdo del arquero haciendo gala de su infinita clase para hacer delirar a la hinchada. Consumado el retorno perfecto, la emoción invadió la casa del Rey de Highbury.

Eyectado hacia la tribuna local, en pleno éxtasis consustanciado con los miles de fanáticos al borde de las lágrimas alrededor del mundo, se golpeó reiteradamente el pecho mientras gritaba “me, me” dejando un mensaje : “Aunque me fui mi alma y mi corazón nunca dejaron de ser Gunners”. Fue una noche mágica, robada de un cuento de hadas: Henry llegó, jugó y marcó. La esencia del fútbol, en plenitud en un final aún más emotivo: los hinchas homenajeando a su ídolo, una vez más héroe de tantas aventuras. Ambos lagrimeando por ver en carne y hueso a quien hace pocos meses le construyeron una estatua.

El cañonero francés volvió al Arsenal para retomar su lugar como ídolo máximo del club. Desde que se fue rumbo a Barcelona en 2007, el club Gunner quedó acéfalo de referentes. Algunos dejaron de creer en el proyecto Wenger. Otros sufrieron el karma de las continuas lesiones, tal fue el caso de Cesc Fábregas, quien nunca logró ocupar su lugar antes de ser transferido al Barcelona. Samir Nasri, el mejor jugador de la última temporada, desechó su oportunidad al partir rumbo al Manchester City. Robin Van Persie, ya sin las molestias continuas de antaño, se convirtió en el símbolo más determinante por su antiguedad y a fuerza de goles durante su maravilloso 2011. Pero volvió Tití y con él el recuerdo de esos años maravillosos de “los Intocables” y del equipo que alcanzó la final de la Champions League en 2006.

Con Chamakh y Gervinho prestos para partir rumbo a Gabón y Guinea Ecuatorial para disputar la Copa Africana, el inefable goleador cubrirá un puesto que se verá sensiblemente perjudicado sin el marroquí ni el marfileño. Un sector ofensivo que fue el principal déficit durante el primer semestre de la temporada. La excesiva dependencia en un Van Persie en estado de gracia terminó siendo contraproducente para las aspiraciones del equipo londinense. Ni Gervinho ni Walcott (habituales titulares junto al ariete holandés) ni Chamakh ni Arshavin lograron consolidarse como alternativas para la gestación y definición de jugadas de riesgo. Por supuesto, no solo de recuerdos vive el hombre. Esa también será la misión del mítico ariete que está brindando su última función.


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