Con motivo del cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra, autor de Don Quijote, que se cumple este viernes 22 de abril, el historiador y periodista madrileño Gustavo Adolfo Ordoño Marín convocó a los amigos de su página “Cervantes y los colegas del verbo” a contestar una encuesta sobre la ética del muy ilustre caballero de La Mancha.
Para responder a esta interrogante, Gustavo planteó cuatro opciones, que califica como libertaria, libertadora, liberal o caótica y contestataria. Yo no dudé en seleccionar la primera, es decir, la libertad del hombre por encima de todo, porque siento que es ésta la verdadera esencia del mensaje del Ingenioso Hidalgo, más allá de su afán libertador, liberal o contestatario.
Don Quijote llegó a México en época muy temprana, es decir, desde la fecha de su primera edición, en 1605, de suerte que para muchos mexicanos la obra cervantina tiene una tradición de más de cuatro siglos, sobre todo para aquéllos que nos hemos inclinado por las letras y más específicamente por el periodismo, ya que el Caballero de la Triste Figura es sin duda el símbolo más legítimo del periodismo de todos los tiempos.
Y esto no solamente porque el Quijote considera al hombre libre por encima de todo (recordemos que su autor, Miguel de Cervantes, es uno de los grandes personajes de la Historia que sufrió esclavitud en carne propia), sino también por la ética que revela en sus aventuras, donde privilegia ante todo los valores humanos.
Artículo publicado por el diario La Crónica de Hoy Jalisco en su edición del viernes 22 de abril de 2016.