Enrique Vila-Matas la describió como "la librería más bonita del mundo", y en 2008 el periódico inglés The Guardian la calificó como la tercera librería más bonita del mundo. Ninguno de los que escribimos el blog la ha visitado, pero sí lo ha hecho una amiga en común: Marta. Ella nos cuenta un poco de este maravilloso lugar que alberga centenares de historias en sus estanterías. ¿Queréis saber de qué librería hablamos?
Cualquier buen lector que se pase por Oporto tiene la obligación de visitar la Livraria Lello e Irmão. Se encuentra en el centro histórico de la ciudad, cerca de la Torre de los Clérigos. Es fácil de localizar debido a la enorme cola que se forma a la entrada.
Los turistas, que tienen cierta tendencia a hacer colas sin saber muy bien porqué, se amontonan en la entrada a la espera del codiciado pase. Una vez obtenido, gracias a un guarda de seguridad bastante amable, puedes disfrutar de una de las librerías más bellas del mundo, fundada en 1869 por Ernesto Chardron.
Lo que primero llama la atención al entrar no es la cantidad de libros ordenador y clasificados por idiomas (se pueden encontrar libros en inglés y castellano, pero la mayoría de ellos son en portugués) sino las espectaculares escaleras de madera que llevan al piso superior, escaleras que sin duda recuerdan a las escaleras de las novelas de J.K. Rowling. Antes de que algún fanático se ponga nervioso: no, no han rodado ninguna película en ella. De hecho, ni si quiera se sabe a ciencia cierta si la señora Rowling se ha inspirado en dicha librería en algún momento, solo son suposiciones. La escritora llegó a vivir en la ciudad de Oporto para trabajar como profesora de inglés en una academia, de ahí la relación.
Si consigues no perderte entre la cantidad de títulos del primer piso, subes al segundo por las susodichas escaleras. La vista de la gente en la planta inferior es impresionante, pero más impresionante es alzar la cabeza y ver la extraordinaria vidriera del techo que le da un aire a pasado que emociona.
El segundo piso, más dedicado a libros de cocina, viajes, y fotografía, contiene además una pequeña cafetería con dos mesas y un par de sillas que te permite tomar un café mientras intentas decidir qué comprar.
Sin duda merece la pena pasar unos minutos (o unas horas) en esta librería forrada de madera, perdiéndote entre los libros y olor a antiguo que te producen la necesidad casi ineludible de comprar un libro para recordar el magnífico momento en el que estuviste allí.¿Qué opináis? ¿Os habéis perdido en las entrañas de esta maravillosa librería? ¿Os gustaría visitarla?