La garza real (Ardea cinerea) ya ha sido incluida en la lista negra
Hay una lista no oficial en la que se incluyen aquellas especies que el ser humano considera que deben ser "controladas", aquellas que compiten por sus mismos recursos o simplemente aquellas que tienen unas costumbres que le molestan. Cada año la lista se va haciendo más larga y cada vez hay más la gente que se incomoda porque hay pájaros que cantan o graznan al amanecer, o que se posan en los árboles y les cagan el coche, o porque se alimentan de lo mismo que nosotros. Nos pasamos el día soportando ruidos de obras, gritos y atascos de coches pero nos molestamos porque que un pájaro nos canta en la ventana.
Mucha gente ya no sólo se conforma con quejarse sino que solicita a las autoridades que hagan algo, que apliquen medidas urgentes porque es completamente insoportable que una gaviota anide en el tejado de nuestro edificio o que un bando de estorninos duerma en un parque urbano. Tampoco se puede permitir que un cormorán coma peces, porque los peces del río son propiedad de los pescadores deportivos y ellos tienen el único derecho a pescarlos, que para eso pagan una licencia.
Para evitar que cada uno pueda tomarse la justicia por su mano se han aprobado leyes que protegen a muchas de estas especies. Estas leyes pueden ser aplicables a la totalidad del comunidad europea (ej. la Directiva Aves) o pueden ser de aplicación nacional o provincial. El problema de estas leyes es que los criterios que las justifican muchas veces cambian según la presión de ciertos colectivos y no siguiendo criterios científicos, y ya se sabe que las leyes las aprueban los políticos, y un pájaro más o menos no es ningún sacrificio si consiguen unos cuantos votos.
Hay muchos ejemplos que ponen de manifiesto como una especie puede cambiar su estatus de protección por las presiones ejercidas por ciertos colectivos. El caso más evidente es el de las especies piscívoras, primero fue el cormorán grande, que tras las presiones de los pescadores fue eliminado del Anexo I de la Directiva Aves, lo que permitió que las administraciones públicas comenzaran una vergonzosa campaña de exterminio de la especie. La situación ha llegado a ser tan bochornosa que la propia Consejería de Medio Ambiente del Principado de Asturias, cuya misión debería ser la de proteger la naturaleza, aparece en la prensa alardeando de los resultados de la masacre y prometiendo más cadáveres, aunque mintiendo sobre el número de ejemplares abatidos, que según nuestros datos puede llegar a duplicar o incluso triplicar las cifras oficiales.
Pero la lista negra, como ya he comentado, aumenta año tras año, y después de los cormoranes grandes los pescadores han solicitado que otras especies "molestas", como la Garza real (Ardea cinerea) sean también controladas. El primer paso ya se ha dado, y las presiones han "convencido" a los políticos, que han logrado que esta especie sea eliminada de la nueva Directiva Aves y de esta forma vestir de legalidad la inminente campaña de exterminio de la especie.
Nuestra sociedad está enferma, pensamos que el planeta está a nuestro servicio, y que nosotros podemos decidir que especies merecen sobrevivir y que especies deben ser exterminadas. Incluso nos puede llegar a parecer normal exhibir el cadaver de un lobo matado en una de las cacerías del Principado de Asturias en un colegio infantil, ya se sabe que a los niños hay que educarlos desde pequeños.