Revista Cultura y Ocio
"¿Un teléfono móvil?
Al principio no le veías la utilidad, pero, para no parecer anticuada, te dejaste tentar por un modelo sencillo con unas pretensiones básicas. Las primeras semanas te sorprendiste algunas veces hablando un poco más alto de la cuenta en un restaurante, en el tren o en la terraza de un bar. Tener siempre a la familia y a los amigos al alcance de la voz era práctico y tranquilizador, hay que reconocerlo."
De no ser por Perdida, de Gillian Flynn, no me hubiera fijado en este libro. Pero tras el éxito y lo entretenido de la obra mencionada, cuando descubrí que aterrizaba otro título respaldado por ventas y lectores, con tintes de thriller me dejé llevar. Aunque reconozco que desconocía totalmente al autor. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La llamada del ángel.
Madeline y Jonathan no se conocen. Nosotros los conocemos en el aeropuerto JFK en el momento que chocan entre ellos. Este encuentro provoca que se intercambien los móviles y con ellos, todo aquello que contienen de sus vidas. Cada uno por su lado y a miles de km de distancia, "miran un poco" la vida del otro antes de devolverlo, y de este modo descubren que hay un fino hilo que les une. Pero es un hilo terrible, marcado a sangre y fuego.
El libro se divide en tres partes diferenciadas, de tal modo que en la primera parte conocemos a los personajes. Un chef y una florista que viven en países y continentes diferentes y que chocan en un concurrido aeropuerto. De forma ligera, casi como una comedia romántica de situación. A medida que avanzamos por la segunda parte vamos descubriendo que tal vez guardemos demasiadas cosas en los teléfonos móviles. Ambos caerán en la tentación de mirar el teléfono que tienen en sus manos, las fotos, aplicaciones, correos... y nos obligue a mirar de reojo nuestro propio móvil. Al hacerlo, y mientras se mandan un par de correos, iremos viendo cómo sus vidas se han tocado por un hecho macabro que tuvo a la policía en vilo. Un punto de unión nunca cerrado sobre el que gira el final del libro, de tal forma que lo que comenzó siendo una pretendida comedia acaba con tintes mucho más oscuros y, para esta lectora, mucho más entretenidos.
No cabe duda que Musso escribe de una forma sencilla y fácil de seguir. No se pierde en vocabulario complicado ni grandes descripciones para conseguir dar forma a sus personajes y escenarios. De hecho, es fácil abrir el libro y encontrarse en la página 150 sin apenas darnos cuenta. Salpica esta historia de pequeñas alusiones culinarias, aprovechando la profesión de Jonathan, y de un par de reflexiones fáciles sobre la vida y la privacidad asegurándose que el lector va a estar de acuerdo con él. Así va ganando terreno mientras que a nosotros no nos queda más remedio que reconocer que el libro es entretenido.
Hay una teoría llamada "seis grados de separación" que dice que cualquiera en la Tierra puede estar conectado a cualquier otra persona del planeta a través de una cadena de conocidos formada por no más de cinco intermediarios. Musso, apoyándose en esto, une a sus protagonistas mediante Alice, cuya terrible historia tendremos que descubrir.
Muchas veces es bueno recurrir a libros más ligeros entre lecturas más densas, o tal vez en vacaciones. Y eso es justamente este libro, una lectura ligera que busca entretener mezclando géneros, sin adentrarse demasiado en ninguno.
Y vosotros, ¿recurrís de vez en cuando a este tipo de lecturas o son habituales en vuestras listas?
Gracias