La llegada del segundo hijo, siempre es motivo de ilusión y alegría. Las cosas cambian mucho en casa, pero si conseguimos adaptarnos bien a la situación, a la larga todo serán ventajas para los dos. Aunque siempre hay algo que nos hace temblar. Los celos del mayor. Algo lógico, de tener toda la atención del mundo, de ser el rey de la casa. Pasará a compartirlo todo. Incluso lo más querido, a papá y mamá. Aunque no hay dos casos iguales, lo más normal, es que los hermanos mayores pasen por una serie de situaciones que no son muy fáciles de llevar. Vamos a ver, como es el comienzo de los celos y como actuar durante la primera semana del nacimiento del nuevo bebé.
¿Está preparado?
Seguro que hemos leído mucho sobre el tema, además de haber hablado con otras personas que ya han pasado por lo mismo. Y seguramente nos hayan metido miedo. Aunque, la verdad, es que no hay dos situaciones iguales, ni niños. Lo que quiere decir, que hasta que no ocurra, no sabremos como se lo va a tomar nuestro niño. Lo cierto es que la actitud y los celos que tenga el mayor, dependerán mucho de su personalidad. Aunque nuestra actitud, será fundamental, para conseguir rebajar los celos al mínimo. En muchos casos, por mucho que hagamos, será imposible evitarlos.
Es importante intentar concienciar al niño desde antes del nacimiento del hermano pequeño. Ya que si está preparado, siempre le será más fácil asimilarlo. Para ello tendremos que explicarle la barriguita. Y que va a venir un hermanito muy pequeño. Un bebé. Y que al principio no va a hacer mucho, pero con el tiempo, se convertirá en su mejor amigo. Aunque parezca que no entiende, o que esto no va a servir de mucho a la hora de la verdad. Es algo muy importante, ya que aunque vea grandes cambios, algo le sonarán y no será muy de golpe.
¿Cuál es la mejor edad o la peor para tenerlo?
Muchas veces la edad del hermano mayor, no es lo más importante. Pensamos que si tiene menos de 2 años ni se enterará. O que si ya tiene más de 5 no le afectará, ya que no se meterá en su terreno. Aunque todo son especulaciones. Aunque el mayor tenga un año y unos pocos meses, verá los cambios. Y le supondrá el mismo estrés y celos que si lo tiene unos meses después. Y una madre es una madre. Y cuando estamos acostumbrados a la atención total por parte de papá y mamá. El más mínimo descenso en la atención hará que el niño sienta los celos.
Como decimos, no hay una edad ideal, cada edad es buena para una cosa cuando hablamos de celos. Por ejemplo, si ya razona, podremos tratar de explicárselo como a una persona mayor (lo que no garantiza para nada que lo asimile).
Cuando es más pequeño, la costumbre a su entorno es menor. Con lo que se supone que resultará más fácil de cambiar los hábitos del niño. Aunque en muchos casos, el no poder razonar con él, hará que nos sintamos impotentes, ya que no sabremos lo que quiere o lo que está sintiendo el mayor.
La primera semana.
Los principios siempre son importantes cuando queremos adaptar una nueva situación. Si durante los primeros días, conseguimos hacerle ver que no vamos a dejar de mimarlo y darle el cariño cuando nos necesite, tendremos mucho ganado. Ya que no se lo tomará como una amenaza que quiere quitarnos a nuestra madre.
El mayor problema de la primera semana. Es la estancia en el hospital. Ya que según el parto que tengamos, tendremos que pasar como mínimo 3 días ingresada. Lo que supone un gran cambio en la vida del hermano mayor. Debemos tratar de preparar esos días, lo mejor que podamos. Y dejar al niño con personas con las que tenga un buen vínculo y con las que no extrañe (o lo haga lo menos posible). A poder ser el padre, deberá pasar todo el tiempo posible con el niño, a fin de que no note nada raro (aunque notará la falta de mamá) intentaremos que sea lo menos fuerte posible.
Visita al hospital.
Es un punto muy importante. Y debemos analizar seriamente si debe o no debe ir al hospital a ver a mamá. Tengamos en cuenta un par de cosas.
Primero la edad que tenga. Si el niño no tiene edad para razonar, mi consejo es que no lo llevemos. Aunque sea muy duro para la madre. En verdad a la larga es mejor. Cuando llevamos a un niño al hospital, después del nacimiento de su hermanito. Esto es lo que verá:
Después de no haber estado con mamá un tiempo. Le llevamos a verla, en un estado más cansada. Y encima, mamá, está en otro sitio con el bebé y no con nosotros. Lo que hará más difícil que el niño se olvide. Al revés, conseguimos aumentar su ansiedad. Ya que es posible que la madre, no pueda atenderle de la misma forma, incluso puede que no se pueda levantar de la cama. Y no nos olvidemos, del peor momento, cuando tiene que irse y dejar a mamá con el bebé. Mientras el mayor, se va con los abuelos o con papá.
Yo tan solo recomendaría que el niño visitara a mamá y el bebé en el hospital, cuando ya es totalmente consciente de lo que está pasando y sabemos que lo entiende.
La llegada a casa.
Es muy importante hacerle sentir como lo más importante. Siempre lo ha sido y para el será muy duro tener que compartirnos. Y para ello, lo mejor es intentar darle toda la atención del mundo. Ya que los primeros momentos de convivencia son cruciales para el desarrollo de los celos en los hermanos mayores.
Por lo general, los recién nacidos necesitan dormir muchas horas. Lo que es ideal para compaginar la convivencia de la familia. Ya que más adelante, tendremos que dedicarle mucho más tiempo al bebé. Con lo que las primeras semanas, debemos turnarnos para que el hermano mayor, esté acompañado durante el rato que esté despierto el bebé.
Yo creo que el momento más duro para todo hermano mayor, cuando llega el bebé a casa. Es el momento en que mamá le da el pecho al bebé. Yo no soy partidaria de hacerlo en un sitio donde no lo vea. Ya que debe acostumbrarse y verlo como algo normal que tiene que ser.
La conclusión es estar mucho tiempo con el hermano mayor y pedir a todo el mundo que venga a vernos que le preste tanta atención o más al mayor que al bebé. Hablaremos con nuestro niño y le explicaremos e intentaremos que sea participe de todo lo que tenemos que hacer con el bebé. Si tenemos que preparar algo, o cambiarle el pañal, nos puede ayudar sujetando algo o trayendonos cosas…
Aunque por desgracia no hay una formula secreta para conseguir que los hermanos mayores no tengan celos ante la llegada de su hermanito. Lo importante es que estemos ahí para los dos. Y tengamos mucha paciencia. Ya que si se comporta así, no es por que sea así. Sino por la situación que le ha tocado vivir.