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la llorona

Publicado el 10 noviembre 2023 por Tranquilitamente @tranqilitamente

estuchaba hoy una reflexión de Mónica en la que se confesaba llorona por naturaleza. y, como suele ser habitual en esta patinadora, me hizo pensar…

en mi vida hay un antes y un después en lo que a llantos se refiere. y, ¡oh, sorpresa!, la maternidad está ahí, marcando la diferencia.

desde pequeña, lo de llorar lo consideraba algo a hacer exclusivamente en mi soledad bajo las sábanas, y poco más. me he tragado nudos de lágrimas en mi vida pocas boas podrían deglutir.

recuerdo ser absolutamente incapaz de exteriorizar mis sentimientos entre amigas, me daba pánico. una mezcla entre «van a pensar que soy boba» y «se van a reír de mi», que con el tiempo evolucionó en «deben pensar que soy un monstruo», cuando al ir cumpliendo años, ellas mostraban con naturalidad penas y alegrías, y yo seguía como un gato de escayola.

ay, si la almohada de casa de mis padres hablase… aunque bueno, mejor igual no, que tampoco es plan de que todo se sepa

😅

retomando el tema de la llorona, hete aquí, que algunos años (lustros) después, resulta que fui madre. y, ¡tachán! fue romper aguas…. ¡¡y un no parar!! que me venía una pena, a llorar. que me venía la risa floja, a llorar. que me venía una superbuena noticia o algo que me mocionaba, a llorar. y así...

de repente, me empezó a dar igual todo, ya no sentía vergüenza o temor.

en cierto modo, pienso que podría ser consecuencia del parto, y me explico: creo que haberme quedado desnuda frente a hordas de gente desconocida en posturas imposibles podría haber hecho, definitivamente, mella en mi. porque ha pasado tiempo desde aquellas «jornadas de puertas abiertas» que tanto me impactaron en su momento (y que ahora forman parte del recuerdo, que no del olvido), y aquí sigo, a lágrima viva.

lloro con todas las pelis infantiles (donde suele haber unos dramones, dicho sea de paso, que ya quisiera mucho peliculón de sobremesa adulta). lloro con cualquier representación del colegio (no necesariamente se requiere participación consanguínea). lloro con las canciones como nunca antes lloraba, porque ahora es con hipos y pañuelo en mano. lloro si algo me da demasiada risa. en fin, un grifo abierto.

y volviendo a la reflexión inicial, sí creo que existe una relación entre ser una llorona y tener una mejor gestión emocional, al menos en mi experiencia personal, así ha sido sin duda. y aunque seguramente no sea una verdad absoluta, sí me parece una gran verdad.

que todo no se soluciona llorando (qué fácil sería a veces), ¡pero cuantísimo ayuda a sobrellevar la vida!

cuéntame, ¿tú eres como la llorona, o más bien de secano?

¡¡sígueme, y no te pierdas nada!!


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