Una bola de fuego de las Gemínidas estalla sobre el Desierto de
Mojave en 2009. Crédito: Wally Pacholka / AstroPics.com / TWAN
La lluvia de meteoros Gemínidas, que este año alcanzará su máxima actividad el 13 y 14 de diciembre, es la lluvia de meteoros más intensa del año. Se prolonga por varios días, produce abundantes bolas de fuego y puede ser vista casi desde cualquier lugar de la Tierra.
Es también la lluvia de meteoros favorita del astrónomo Bill Cooke, de la NASA, aunque esto no tiene relación con ninguna de las razones mencionadas arriba.
"Las Gemínidas son mis favoritas", cuenta, "porque desafían cualquier explicación".
La mayoría de las lluvias de meteoros provienen de los cometas, los cuales dejan detrás suyo una abundante cantidad de meteoroides que luego se manifiestan como una noche de "estrellas fugaces". Sin embargo, las Gemínidas son distintas. Lo que les da origen no es un cometa, sino un extraño objeto rocoso llamado 3200 Phaehon, el cual esparce una cantidad de escombros polvorientos demasiado pequeña como para explicar las Gemínidas.
"De todos los torrentes de escombros a través de los cuales pasa la Tierra anualmente, el de las Gemínidas es por mucho el más masivo", dice Cooke. "Si sumamos todo el polvo del torrente de las Gemínidas, fácilmente sobrepasa la masa de otros torrentes por factores que van desde 5 hasta 500 veces".
Esto convierte a las Gemínidas en el peso pesado de las lluvias de meteoros. En comparación, 3200 Phaethon es más bien un peso pluma.
3200 Phaethon fue descubierto en 1983 por el satélite infrarrojo IRAS (InfraRed Astronomical Satellite), de la NASA, y fue rápidamente clasificado como un asteroide. ¿Qué otra cosa podría ser? No tenía cola, su órbita se cruzaba con el cinturón principal de asteroides y sus colores eran muy parecidos a los de otros asteroides. De hecho, 3200 Phaethon es tan parecido al asteroide Pallas, ubicado en el cinturón principal de asteroides, que bien podría ser un pedazo de 5 km que se desprendió de Pallas, el cual mide 544 km.
Concepto artístico de un impacto sobre Pallas.
Crédito: B. E. Schmidt y S. C. Radcliffe, de UCLA
Los investigadores han observado muy cuidadosamente las órbitas de los meteoroides Gemínidas y han arribado a la conclusión de que fueron eyectados por 3200 Phaethon cuando éste se encontraba cerca del Sol, no cuando fue desprendido de Pallas, en el cinturón de asteroides. La órbita excéntrica de 3200 Phaethon lo lleva muy adentro de la órbita de Mercurio cada 1,4 años. Por ello, el cuerpo rocoso recibe una ráfaga de radiación solar que podría causar que chorros de polvo se evaporaran y se integraran al torrente de las Gemínidas.
¿Podría ser esta la respuesta?
Para poner a prueba la hipótesis, los investigadores utilizaron las naves espaciales gemelas STEREO (Solar TErrestrial RElations Observatory), de la NASA, las cuales están diseñadas para estudiar la actividad solar. Los coronógrafos ubicados a bordo de STEREO pueden detectar asteroides y cometas que pasan muy cerca del Sol y, en junio de 2009, detectaron a 3200 Phaethon a una distancia de tan sólo 15 diámetros solares de la superficie del Sol.
Lo que ocurrió entonces sorprendió a los científicos planetarios de la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles) David Jewitt y Jing Li, quienes analizaron los datos. "El brillo de 3200 Phaethon de pronto aumentó al doble", escribieron. "La explicación más plausible es que Phaethon haya eyectado polvo, quizás como consecuencia de un resquebrajamiento de la roca en la superficie (a través del agrietamiento de minerales hidratados, ocasionado por la fractura y la descomposición térmica) ante el intenso calor del Sol".
La trayectoria de 3200 Phaethon indicada en la cámara
HI-1A del coronógrafo localizado a bordo de STEREO. Los
destellos azules y verdes (en colores falsos) provienen del Sol.
"Simplemente no sabemos", dice Cooke. "Cada cosa nueva que aprendemos sobre las Gemínidas parece profundizar el misterio".
La Tierra pasará este mes a través del torrente de escombros de las Gemínidas y producirá hasta 120 meteoros por hora en aquellos sitios donde el cielo esté oscuro. El mejor momento para observarlos -en el hemisferio norte- es probablemente entre la media noche local y el amanecer del martes 14 de diciembre, cuando la Luna esté baja y la constelación Géminis se encuentre cerca del cénit, proyectando así brillantes Gemínidas a través del cielo estrellado.
Abríguese bien, vaya afuera y saboree el misterio.
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