Revista Cultura y Ocio

LA LLUVIA ES UNA CANCIÓN SIN LETRA - Ángel Gil Cheza

Publicado el 25 diciembre 2014 por De Lector A Lector @deLectorALector
LA LLUVIA ES UNA CANCIÓN SIN LETRA - Ángel Gil Cheza
Hay momentos en que es mejor que no me pase por Twitter, ya que ves un comentario de Susi de Hojas de alisio que se cruza con otro de Laky de Libros que hay que leer, y te fijas en el título del que están hablando. Poco después ya "está organizada", la maquinaria se ha puesto en marcha y te encuentras con que hay un sorteo y una lectura simultánea/conjunta de ese libro.
No suelo participar en los sorteos con lectura conjunta o simultánea (aunque estas últimas me chiflan), ya que no me gusta comprometerme en fechas y además tengo mucha lectura pendiente, pero este libro tenía algo especial. Así que terminé claudicando y la fortuna quiso que me tocase el libro en el sorteo y aquí está mi reseña.

EL AUTOR

LA LLUVIA ES UNA CANCIÓN SIN LETRA - Ángel Gil ChezaAngel Gil Cheza nació en Vila-real en 1974. Es licenciado en Humanidades y máster en Edición. A lo largo de toda su vida ha convertido la creación musical y la literaria en una necesidad de expresión y comunicación que ha quedado patente en diversas formaciones musicales y proyectos personales de índole cultural y social. Es autor de la novela El hombre que arreglaba las bicicletas. Actualmente trabaja como editor y creativo en PAPEL MOJADO // projects e integra la formación musical Bonjour Potemkin junto a su pareja, la violonchelista Lluïsa Ros Bouché.
Tiene publicadas dos novelas: la que es objeto de esta reseña La lluvia es una canción sin letra, y El hombre que arreglaba las bicicletas, cuya reseña puedes ver pinchando AQUI
Podemos encontrar a Ángel Gil Cheza en las redes sociales, tanto en Twitter (@AngelGilCheza), como en Facebook (www.facebook.com/gilcheza).

ARGUMENTO

"Ángel Gil Cheza encontró, mientras trabajaba como arqueólogo, los restos de una chica enterrada en extrañas circunstancias a principios del siglo XI en la Irlanda vikinga. Desde el primer momento sintió un vínculo especial. La lluvia es una canción sin letra intenta explicar lo que pudo ocurrir años atrás, pero es solo ficción. O quién sabe. La verdad de las cosas no importa tanto como lo que sentimos, y sentir nos puede llevar a esa verdad, de algún modo.

La lluvia toca sus notas sordas contra la hierba. Y somos pentagramas en blanco que rellenamos con notas sueltas que gotean de un beso, el sudor de un goce o una lágrima muda cuyo grito apagado es ahora una corchea salvaje e indomable como una joven pelirroja que levantaba espadas tan altas como ella y esparcía las tripas de sus enemigos de su pueblo por toda la isla de Irlanda. El amor es una putada, una bendición que trepa desde los pies a los genitales, que se abren como bulbos y se abrazan, llega al corazón, que, desprevenido, se rinde vencido sin parar de luchar, donde acaba anidando, como ave rapaz que es. Esta química tan sencilla fue la que desnudó a un joven nórdico, tan hermoso como una mujer y tan fuerte como una tormenta, de su coraza de combate, que lo mismo le protegía de un hacha enemiga que de una peligrosa caricia. La lluvia continuó con esa magia de pintar los campos verdes otros mil años. Un librero valenciano cree huir de la justicia pero se esconde de sí mismo, y descubre en una isla gris, verde y húmeda que somos de donde se nos quiere y no de donde venimos. La lluvia toca su canción y cada uno escribimos nuestra letra. A veces, con suerte, la melodía acompaña y nuestra letra es clara, precisa, como una mirada entre amantes que no saben decir mañana".

MIS IMPRESIONES

Un título lleno de musicalidad, una portada que parece que nos quiere contar muchas cosas y una historia que nos trasladaba a la Irlanda de hace siglos, habían conseguido reunir en esta novela suficientes atractivos para que me interesara por ella.
Además, la anterior novela de Ángel Gil Cheza me dejó una sensación un tanto agridulce, ya que si bien me gustó la forma de escribir del autor, había algunos puntos en la novela que no terminaron de convencerme. Quería darle una nueva oportunidad al autor.
En La lluvia es una canción sin letra nos vamos a encontrar dos historias que pronto nos imaginaremos qué tienen en común, separadas en el tiempo por un milenio.
Una de las historias sucede en la actualidad cuando un joven arqueólogo dedicado a regentar la librería familiar que está a punto de quebrar, recibe una oferta de trabajo de unas excavaciones. Además, se ha producido un robo de un libro muy valioso del que le pueden acusar y en vez hacer frente a la acusación decide aceptar la oferta de trabajo que ha recibido y "poner tierra por medio", antes de que sea tarde.
La otra historia transcurre en la Irlanda de 1014. Una Irlanda en continuas guerras entre irlandeses y vikingos por la supremacía de territorios. Unas batallas duras y llenas de brutalidad. Pero en medio de toda esta brutalidad nos vamos a encontrar, aunque no lo parezca, una gran historia de amor, la historia de Eimar y Thorgest.
LA LLUVIA ES UNA CANCIÓN SIN LETRA - Ángel Gil ChezaEstas dos historias que se anudan, aparecen en la novela en capítulos alternativos, lo que favorece no sólo la agilidad en la lectura, sino que nos quedemos enganchados a las dos historias ya que estaremos deseando acabar con un capítulo para continuar con la que habíamos dejado, hasta llegar al lugar en que se convergen de una manera lógica y natural.
El que haya dos historias en una novela tiene el peligro de que siempre una nos atraiga más que la otra, y yo en este caso, la verdad, es que no sabría decir si esto ha sucedido. Me han gustado mucho las dos historias, pero sí tengo que ponerle algún pero. 
Por una parte, para mi gusto hay un exceso de personajes, pudiendo prescindir de algunos de ellos que no aportan demasiado a la historia y a veces consiguen que te sientas perdido. Esto último sobre todo me ha sucedido en la historia que transcurre en el siglo XI, donde tanto personaje con nombres que me costaba recordar y en algunos casos parecidos hacían que me costara mucho situarme.
Otro "pero" que le pondría a la historia que transcurre en el siglo XI es que algunos pasajes en los que se relataba las rencillas, alianzas y batallas de los distintos clanes con tanto detalle se me hacían un tanto largas y pesadas, perdiendo ritmo en la lectura en estos fragmentos. No dudo que el conocimiento de algunos datos sean necesarios para el desarrollo de la historia, pero quizás no hubiera hecho falta hacerlo tan con tanto detalle. Lo que sí demuestra es que el autor conoce la historia en profundidad.
Uno de los puntos fuertes de la novela es la ambientación. Es muy fácil, en cualquiera de las dos épocas situarte en los lugares en los que se desarrolla la acción: Los campos de batalla, las excavaciones, los pubs, la cerveza. Aunque en algunos casos el autor vuelve a caer demasiado en el detalle, como cuando nos describe un recorrido calle por calle, ya que a quien no conoce la ciudad donde están situadas poco le aporta.
Me han gustado los personajes de esta novela, creo que el autor ha sido capaz de transmitirnos perfectamente como son, y no sólo en el caso de los personajes principales, sino también en el de algunos secundarios, aunque de alguno me haya costado entender su comportamiento.
Pero si yo tuviese que elegir, creo que me quedaría con Thorgest y Eimar, dos personajes que irradian una forma de vida, un comportamiento, la lucha por ser lo que quieren, la valentía. 
Como veis esta novela también me deja con ese regusto de la primera novela, pues me gusta mucho como escribe, su lenguaje, la forma ágil en que lo hace, la utilización de capítulos cortos intercalando el diálogo en su justa medida que tanto facilitan la lectura, me gustan sus personajes, me han gustado mucho las historias, pero hay esas otras "cosillas" que hacen que no termine de ser una lectura del todo satisfactoria para mi.
Todo esto es una apreciación totalmente personal y posiblemente otros disfruten mucho más con la lectura de La lluvia es una canción sin letra, ya que tiene muchas cosas buenas y quizás esos puntos que en mi caso hacen bajar la nota, a otros les aporten mucho más. Ya sabéis no a todos nos gustan las mismas cosas, afortunadamente.

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