Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.Isaías 9:6LBLA
¿Y que si Jesús no nació el 25 de diciembre? ¿Por eso debe perder este día su verdadero significado? Muchos rechazan la navidad por su aspecto de consumismo desenfrenado; pero la culpa no es de la fecha en sí. ¡Sino de nuestro propio desenfreno por querer tener de todo! La Navidad es lo contrario. Ensena amor, igualdad y entrega. Las Crónicas de Jesús nos presentan en esta primera parte a Dios que se despojó de si y vino a vivir en la persona de su Hijo entre los ingratos seres humanos.
El profeta Isaías bien hace referencia a ese regalo: “un niño nos ha nacido” para nuestro bien; “un hijo nos ha sido dado” para nuestra paz. Pero no es un niño cualquiera. En la noche de Belén, cualquiera haya sido; nacieron en toda Judea, Palestina, Roma y el resto del mundo niños importantes. Pero este pequeño, envuelto en sabanas baratas y acostado en un pesebre; se dice que tenía “la soberanía sobre sus hombros”. Mientras que reyes, príncipes e hijos de poderosos eran alabados por el pueblo; el Hijo de Dios solo escucho el ruido de los animales del establo y más tarde las alabanzas de pobres pastores. ¿Te lo imaginas? Trata, aunque no te frustres por no entenderlo todo. ¡Dios creador del universo y sostenedor del mismo! ¡A quien ángeles y mundos exaltan! ¡Ante quien el mismo Satanás solo hace lo que permite! ¡Ese Dios se hiso carne y habito entre nosotros!
El capitalismo actual, que ha envenenado la Navidad, ante la realidad de Jesús pierde su poder y sale su rostro avaro y dañino con toda naturalidad. El comunismo teórico que quita la alegría y convierte a los seres humanos en esclavos de locos e hipócritas revolucionarios, languidece y saca su fea cara cuando esta frente al pesebre. El islam fanático y usado para la guerra por déspotas, ante la luz que sale del pesebre deja ver sus intenciones. El cristianismo nominal que critica, persigue y se mata por el título de “iglesia verdadera”, “pueblo de Dios” y esas pendejadas; se muestra tal como es ante la imagen del pesebre. ¿Cuál imagen? Amor con entrega por los demás. Amor que salva y redime de los pecados, que no es lo mismo que “en” los pecados. Amor que transforma al hombre y a la mujer para que estos se conviertan en pesebres vivientes. Amor que no cabe ni en una mezquita, ni sinagoga ni en el Vaticano… ¡Pues es un amor que desborda para bendecir a los demás! Espero que recuerdes que de nada vale tu ideología si la misma no bendice a los demás. ¡FELIZ NAVIDAD!