Su origen en Bocígano se remonta a la Edad Media y está ligado a la trashumancia, como indican las figuras que se ejercitan en la Machada (mayoral, zagal, machos). Los movimientos de los machos, quiebros y requiebros, recuerdan el comportamiento del ganado, al que el mayoral da órdenes y golpea con una vara para controlarlo.
El maestro JR López de los Mozos hizo una descripción de los ritos en 1.980, indicando los cambios respecto a como eran antaño. Algunas acciones (hoy perdidas) eran parecidos a ritos vascos, lo que denota un posible origen. La despoblación y el tiempo han cambiado esta fiesta ancestral que ha conservado lo esencial (desde finales de los 80 es de interés turístico provincial).
Se celebra el penúltimo fin de semana de Agosto (19-20) en honor a San Miguel (antes se celebraba el 29 septiembre) y dura dos días, cada uno con su liturgia. En estos ritos de iniciación, los mozos (antes solo los solteros) muestran su fuerza al vecindario y sobre todo a las chicas, a las que rondaban por la noche del sábado y la mañana del domingo, por partida doble.
Vestidos de pastores a la vieja usanza (aunque han sustituido albarcas por botas, y los calzones por vaqueros), los machos salen a la plaza en cadena, agarrados cada uno al anterior (el último es el zagal) y dirigidos por el mayoral corren de un lado a otro como látigo y sin soltarse (quiebros y requiebros). Tras varios intentos, paran por el cansancio, momento que el mayoral y el zagal tiran en sentido contrario; los machos caen rendidos y un espectador les acerca la bota de vino para que repitan.
Escenas pastoriles (el herrado y la hoguera), la procesión y las migas serranas completan la fiesta¡Una fiesta imprescindible, además de única! La Sierra Norte de Guadalajara tiene estas cosas.
Lar-ami
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