Revista Cultura y Ocio

“La madre del frío», de Miguel Salas

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«La voz de su tío se quebró de pronto: un temblor de tierra había interrumpido su canto. El olor a azufre invadió las fosas nasales de Xan, y sintió que una presencia nueva los acompañaba: no lavio, ni la oyó, pero supo sin ánimo de dudas que estaba allí, y que los miraba como una pirámide miraría a un grano de arena. Su alma, que había reconocido de algún modo el enorme poder que acababa de materializarse, se encogió dentro de su cuerpo en ruinas.»

“La madre del frío», de Miguel SalasReseña escrita por Maudy Ventosa.

El escritor ferrolano-madrileño Miguel Salas Díaz acaba de publicar su última obra en la editorial Alrevés: La madre del frío. Una historia que rinde homenaje a la excelsa tradición de leyendas y mitologías gallegas en perfecta combinación con una trama negra y actual.

“La madre del frío», de Miguel SalasA Xan un accidente, en el que murieron sus padres, le deja hemipléjico y dolorido cuando era pequeño; a cambio, desde ese momento, adquiere el mismo poder que tenía su abuela Juana Dientes, una meiga legendaria que desapareció en extrañas circunstancias medio siglo atrás: ver a los del “Más Allá”, o los de “otro mundo”; a los del Alén. Es su tío Tucho el que acepta el pacto con el demonio: su alma por la vida de este niño. Descienden de una larga estirpe de brujas por vía materna que han trabajado en infinidad de rituales, invocaciones y aquelarres. Los espíritus de los muertos acudían en su ayuda cuando los necesitaban. Juana Dientes había sido elegida Maestra del Cónclave del Toxo, es decir, bruja mayor de Galicia.

La magia es un asunto oscuro que solo trae desgracia, cachorro. Así que olvídate de ella para siempre, le aconseja su tío, más viejo y más sabio, porque el Más Allá no tiene nada de divertido, y los que cruzan para encontrarse con los vivos no traen buenas intenciones casi nunca. Los poderes adquiridos terminan de destrozar la vida de Xan, que deja su trabajo como investigador de sucesos paranormales para llevar una vida tranquila en la costa gallega, hasta que Irene, su prima lejana y agente de policía le pide ayuda para resolver el extraño y macabro asesinato de una actriz famosa. Es posible que las fuerzas sobrenaturales tengan algo que ver y él, con reparos, se mete en una arriesgada y vertiginosa búsqueda contrarreloj. Parece que el diablo anda rondando por ahí…

Ya no es capaz de enfrentarse a esas situaciones extrañas sin miedo y es que todo parece sacado de un libro de literatura fantástica. Tenía que aprender a ignorar aquellas espantosas presencias que le complicaban la existencia cuando, a veces, se amontonaban a su alrededor y sentía que lo asfixiaban. Menos mal que, en su adolescencia, descubrió que el alcohol inhibía sus habilidades paranormales, por lo que pasaba más tiempo borracho que sobrio discutiendo con cualquiera. Fue entonces cuando adquirió el apelativo de Borrascas. Echaba de menos compartir sus experiencias, y sin embargo, había alguien más como él. Lobeira, que también percibe ambas realidades.

Los capítulos avanzan como los días de la semana y la historia va compartiendo el presente y el pasado del personaje principal en una mezcla de fantasía y realidad que nos traslada a las mágicas tierras gallegas plagadas de leyendas, como la del Cazamentiras, uno de los más antiguos inquilinos de la imaginación humana: cuando un chaval dice una mentira, esta se convierte en un peso en su corazón. Un peso secreto, claro, que nadie puede conocer si él no confiesa la verdad. Nadie excepto el Cuco: si un padre suspicaz lo invoca, cruzará desde la Otra Orilla para cazar al embustero de su hijo. La trola sale de la boca del niño en forma de pájaro y vuela hasta el Cuco; cuando encuentra al niño, le arranca el corazón y deja el ave en su lugar. Historia con moraleja, para demostrar que quien miente se pierde a sí mismo. ¿Es posible que una mentira haya acabado con la vida de Marta Castro? Esto ocurre desde los tiempos de Juana Dientes. También es posible que, si el Cuco anda por estas tierras, pueda provocar más muertes… Estamos frente a un demonio que caza y mata a los mentirosos.

Demonios, conjuras, personas que ven las dos realidades, magia y trasgos que conviven con nosotros, junto a personas con discapacidad que son muy capaces.

En realidad, Xan nunca había sido policía, estrictamente hablando. Durante diez años tuvo pistola y placa, y entraba y salía de la comisaría como cualquier agente, pero no pertenecía al cuerpo. Jamás hubiera podido aprobar las oposiciones con aquella hemiplejía que le hacía moverse como un cangrejo…

PERSONAJES:

  • Xan Couto Buxán, Borrasca, hace décadas, un accidente le dejó hemipléjico y apenas ha recuperado la movilidad del lado derecho. Tiene el rostro demacrado, de piel cenicienta y ojos hundidos. Se pone una lente en el ojo derecho para no ver a los “Alén” y fuma una pipa electrónica para vapear y que no le vean. Tiene un don. Lleva una cruz de hierro colgada al pecho.
  • Chapapote, es el zorrillo que vive con Xan.
  • Irene Vázquez, comparte con Xan una tatarabuela. Sacó la plaza de policía con el número tres. Es bajita, delgada, de piel clara y pecosa, ojos verdes y dientes alineados y perfectamente blancos a pesar del tabaco. Tiene un aire juvenil y despreocupado a pesar de pasar de los treinta años.
  • Marta Castro, actriz, ha sido asesinada. Le han sacado el corazón y en su lugar han metido una lavandeira viva que sale cuando el forense quita los toscos puntos de sutura.
  • Jesús Lobeira, Xuso, es minúsculo y flaco; en el centro de la espalda, escorada hacia el omóplato derecho, despunta una joroba pequeña de formas suaves. Rostro de esfinge arrugado, imberbe y grisáceo, dientes pequeños y descolocados, orejas disparadas, ojos fijos y grandes, de reflejo metálico.

El resto, los encontrarán en las páginas de La madre del frío

El autor:“La madre del frío», de Miguel Salas
Miguel Salas Díaz tiene 45 años y es en parte ferrolano y en parte madrileño. Ha sido profesor universitario en Italia, China y Taiwán antes de volver sus orígenes: ahora se dedica a la enseñanza secundaria en un colegio de Madrid y en la universidad, donde da clase de lengua y literatura españolas.

Ha publicado varios libros: dos poemarios (La luz, Premio de Arte Joven de la Comunidad de Madrid, y Las almas nómadas, Premio Hiperión), un álbum infantil (Tonino), una novela (Ni temeré las fieras), una recopilación de las columnas que escribió para La Voz de Galicia sobre Taiwán (Estación de Oriente), y un ensayo sobre educación y lectura ((En) plan lector) entre otros. Es colaborador en diferentes podcasts, como El libro Rojo o La escóbula de la brújula; allí habla de literatura, tradiciones y simbología, y lee, además, sus historias bífidas.

El libro:
La madre del frío ha sido publicado por Alrevés Editorial. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 500 páginas.


Para saber más:
https://twitter.com/MiguelSalasDiaz
https://www.laescobula.com/miguel-salas-diaz/


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