El primer reto que te espera al volver de vacaciones será deshacer la maleta para guardar cada cosa en su lugar. Es el momento perfecto para hacer una revisión de tus pertenencias y simplificar un poco. Hay cosas en tu maleta que no has tocado, y hay cosas en tu casa que ni recordabas. Ahora tienes la oportunidad de tomar una decisión sobre cada uno de estos objetos.
La maleta del avión: revisa tu armario
El equipaje en los viajes de avión suele contener sobre todo ropa. Antes de deshacer estas maletas, echa un vistazo a tu armario. Te habrás llevado las prendas que mejor encajan con tu vestido y que más te gustan. Mientras no sorprende que dejaste el traje en casa (por no encajar con un viaje a Egipcio), las camisetas y la demás ropa de verano sí que merecen una revisión más cuidadosa. ¿Por qué dejaste las que dejaste? ¿Están muy desgastadas? ¿No te va el color? ¿Tienes demasiadas? Todas las prendas que no has echado de menos y que no te has puesto en toda la temporada de verano no tienen por qué seguir allí. Ahórrate el trabajo de volver a guardarlos cuando harás el cambio de armario a finales de Septiembre. El año que viene no te gustarán más. Libera el espacio y entrega estas prendas a alguien que los aprovechará mejor.
Ahora haz lo mismo con lo que sigue dentro de tu maleta. Las prendas usadas pueden ir directo a la lavadora. Las prendas que no has tocado en todo el viaje merecen una reflexión adicional: ¿Por qué los llevaste? ¿En qué circunstancias te las hubieras puesto? ¿Te las pones en la vida cotidiana? Si te das cuenta que no te las pones ni en las vacaciones ahora es el momento para añadirlo a la pila de donaciones.
El maletero del coche: revisa tu cocina
Durante las vacaciones las carreteras se llenan de coches dignos de una mudanza. Como no hay restricciones (casi), el maletero contiene una segunda vivienda: las maletas con la ropa, los accesorios para la playa (esterillas varias, la sombrilla, las toallas), los edredones, los cacharros de cocina (ollas, platos, la licuadora y el colador grande para la pasta) y más. La selección de cosas a llevar es menos cuidadosa que en los viajes de avión, porque hay mucho más espacio. Nuevamente, el proceso de sacarlo todo puede ser el inicio del proceso de simplificar toda la casa.
Además del armario, ahora podrás hacer una revisión rápida de tu cocina: ¿cuáles de los accesorios que llevaste realmente las has utilizado en las vacaciones? ¿Cuáles de tu cocina no has echado de menos (o ni recuerdas)? Déjalos en una bolsa aparte para darte un tiempo más de reflexión. Si después de tres meses no has abierto esta bolsa, el contenido realmente no te hace falta.
Las oportunidades naturales del minimalismo
Deshacer las maletas, el cambio de temporada del armario, el proyecto de pintar la habitación pequeña, una mudanza: hay ciertos momentos en las que mueves tus cosas. Es una oportunidad para darte cuenta de lo que tienes y para decidir conscientemente qué se quedará en tu vida y qué está ocupando espacio sin aportar ningún valor.
Recuerda: si no es bello ni útil, no tiene por qué estar en tu casa.
Simplifica tu Cocina. La guía definitiva para crear hábitos alimenticios que se adapten a ti.
Aprenderás a simplificar el contenido de tu cocina para que haya más espacio para tus ideas y sus realizaciones.