Revista Tendencias

La magia de un perfume

Publicado el 02 febrero 2011 por Vintagelady

Perfumes Naturales y Perfumes Sintéticos

Algunas personas que prueban y utilizan un perfume, dejan de llevarlo y no lo utilizan más por el hecho de estarlo oliendo en otras personas, lo cual le quita el sello de quien lo lleva. Se produce un tipo de orquesta con las mismas notas, que suenan igual por la mañana, o por la noche, o por la tarde, llueva o no. Incluso después de pasadas unas horas, el perfume seguirá siendo el mismo que el que pusimos dos días antes, cerca del mar, o igual que olía tras unas horas de haberlo puesto, mientras caminamos por las calles de una gran ciudad.

Cuando un perfume huele igual en todo tipo de piel, bajo un mismo clima o en diferentes estaciones, la razón debemos buscarla en sus componentes sintéticos.

Dichos componentes, si llevan jazmín, por ejemplo, el jazmín olerá siempre igual, sin matices, sin cambios, pues es sintético y por ello sus componentes no estas 'vivos', no cambian con el ritmo de nuestras emociones, ni con el de nuestro tipo de personalidad, ni con el entorno que nos rodea.

En muchos perfumes actuales, existe algún que otro componente sintético, sobre todo si hablamos de los fijadores de los perfumes, elementos que hoy en día resultarían excesivamente caros e imposible de ponerlos en el rango de los perfumes que se lanzan cada año, y que forman parte de las líneas de marketing de marcas muy conocidas.

¿Es eso malo? Si el perfumista necesita un fijador para que el perfume sea duradero, tendrá que recurrir a sustancias sintéticas, como por ejemplo ocurre con el ámbar. Sin este componente los perfumes no durarían. Pero al mismo tiempo la civeta ha sido también un fijador desde el principio de la perfumería, pero ocurre que es una sustancia animal y actualmente muy protegida y resultaría carísima en la composición de perfumes que se fabrican a gran escala.

Desde el nacimiento del perfume moderno, cosa que ocurría  a finales del siglo XIX, ya existían sustancias sintéticas, como por ejemplo la cumarina sintética, que huele como el heno acabado de cortar. La vainillina, imitación de la vainilla, el jazmín sintético aparecería después, y la rosa, el neroli, y muchas otras sustancias.

En un principio, los sintéticos se utilizaban para crear variaciones en las notas de un perfume, para que los olores de un perfume fuesen diferentes, para aumentar su intensidad, pero poco a poco fueron introduciéndose más y más, hasta llegar al punto en que algunos perfumes eran completamente sintéticos. Por supuesto, esto permitió que los perfumes llegasen a todo el mundo y no fuesen fórmulas tan sólo para unos pocos. Sin embargo, el jazmín, la rosa, y otras notas, olían y huelen igual si son sintéticos, tanto en una persona como en otra. No existe vida en sí, y no es ya algo que nos aplicamos y que es el resultado de la savia de la vida, como ocurre cuando se destila un elemento de la naturaleza que cambiará en nuestra piel, teniendo en cuenta 'de dónde' ha sido extraído , por ejemplo, la rosa, ya que la tierra donde crece una rosa en Persia no olerá igual que una que crezca en Bulgaria. La tierra en la que crece tiene sus propios componentes, sus minerales, su clima, su medio. Por lo tanto ambas rosas tendrán olores cuyos matices serán diferentes, incluso la misma rosa no olerá igual por la mañana que por la tarde. El galán de noche perfume las noches de verano y durante el día enmudece, apenas deja exhalar ningún aroma. Luego cambia, por su naturaleza, lo mismo que el jazmín no huele igual bajo la lluvia.

Perfumes Naturales y Perfumes Sintéticos

Cuando llevamos perfumes naturales notamos que en cada persona las notas pueden cambiar, se nos hace nuestro, se realiza una unión entre estas materias y nuestra piel, el ritmo por el que fluye la sangre en nuestras venas, nuestra propia química natural se una a la química natural de la rosa damascena o de la rosa de Bulgaria. El jazmín, el azahar, se transforman en notas que danzan y crean su propia danza particular en cada uno de nosotros. Y esta es una de las magias de un perfume.

Chanel Nº 5 fue el primero en utilizar sintéticos en forma de aldehídos, y no por ello ha quedado catalogado como perfume de menos categoría. Pero un perfume cuyos componentes sean completamente naturales se encarece, dependiendo de qué notas utilicemos, especialmente si se incluyen notas orientales. Entonces se decide algunas veces que una de las notas podría ser sintética.

Quizás el encanto de un perfume se halla en la forma en que sus notas se adecuan en nuestra piel, no sólo físicamente, sino también emocionalmente. Un perfume no solamente ha sido creado para oler bien, o al menos no todos los perfumes se crean con este propósito. El propósito también lo es el entrar en nuestra vida, en proporcionarnos sensaciones, como la alegría, como el deseo de amar, como la euforia, el misticismo, la tranquilidad. Los perfumes sintéticos no podrán hacer esta tarea, pues al carecer de la vida de la cual fueron sacados, nunca podrán convertirse en parte nuestra. Serán más baratos, eso sí. Pero también adornos perfumados y nada más, y no formarán parte de nosotros mismos. Serán como el aria de una ópera, cantada siempre por una misma voz, a una misma hora, con una misma orquesta, sin que notemos los auténticos sentimientos y variaciones de tono en la voz de un tenor. Por ello en un perfume, una nota sintética necesaria será bienvenida si no hay más remedio, ocurrió con Jicky de Guerlain, que utilizaba ya una nota basada en la cumarina, para darle el aspecto chipre que lo hizo famoso y lo convirtió en el primer perfume moderno, pero debe incluir en su gran mayoría elementos naturales que lo hagan único en cada uno de nosotros. Y no debemos olvidar que si un perfume es caro, nos está indicando que ese aspecto chipre es completamente natural, difícil de obtener, a menos que estemos frente al estante de un perfume caro por causas completamente relativas al resultado de campañas de marketing. Muchos perfumes naturales apenas son conocidos, y si lo son, representan un buen pellizco en nuestro bolsillo. Pero es como un buen libro, una buena música, donde el creador ha dejado parte de su vida.

Imágenes:

© Monty Rakusen/cultura

Frascos de fragancias de Fragornard en Grasse, Francia © Tibor Bognar


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