La magia de una mesa vacía

Estoy pasando unos días en Hamburgo, disfrutando de los primeros días de otoño. Aprovechando la feria de té y café que se celebra cada dos años en esta ciudad, tengo reuniones con proveedores y colaboradores para organizar los próximos meses de la tienda de Grinti. He venido únicamente con el equipaje de mano, montando mi central de mando en la habitación de invitados de una amiga.

Define lo que necesitas empezando desde cero

Organizando esta mesa fué fácil, empezando desde cero. La forma más común de organizar un lugar es alinear el caos para conseguir una estética más ordenada. Consiste en remover lo que hay con la esperanza de que por arte de magia a partir de ahora todo se quede ordenado. Muchas veces la magia falla y al poco tiempo todo vuelve a lo normal, al desorden acostumbrado.

La alternativa es revisar cada cosa por separado, cuestionando si realmente tiene que estar aquí. Así lo hice hace medio año con mi buró, buscando el sitio adecuado para cada uno de las cosas que se habían acumulado. La diferencia del antes y después era impresionante y aún así, creo que se quedaron demasiadas cosas.

Viajando ligero – trabajando ligero

Mi lugar de trabajo en Hamburgo es una versión ligera de mi lugar de trabajo en Mataró. Aquí tengo solo lo imprescindible: el ordenador, mi agenda, un bloque de notas con boli y un vaso de té de sombra para mantener la concentración. El reloj y las flores son de la casa, el kindle contiene mi lectura de ocio. Solo faltaría el móvil que estoy utilizando para hacer la foto.

Pude empezar a trabajar enseguida, con nada que me distrajera y con todo lo necesario al alcance. El poco tiempo que tuve antes de salir a la primer reunión cundió muchísimo: no me pude distraer removiendo cosas a mi alrededor (no había nada que remover) ni pude refugiarme en organizar algún rincón vecino: la maleta ya la había vaciada y no había mucho más. La pureza de viajar ligero me regaló un momento de productividad inesperado.

Viajando ligero – trabajando ligero

Ahora hay una tarea más en mi lista de tudús: organizar nuevamente el buró, mi central de mando para ValeDeOro y para la tienda de té. Después de la simplicidad visual de esta mesa vacía estoy segura de que todavía tengo margen para simplificar mi propio rincón de trabajo. Fingiré que estoy de viaje y que no puedo llevar nada que no sea absolutamente imprescindible.

Ya os contaré el resultado. Que primero quiero disfrutar del viaje actual.