– Marina Muñoz Cervera –
La alimentación en la adolescencia juega un papel crucial en el desarrollo hacia la edad adulta.
«Casi dos tercios de las muertes prematuras y un tercio de la carga de morbilidad que suceden en los adultos se atribuyen a enfermedades y/o comportamientos que comenzaron en su juventud». Así se expresa la OMS en una nota descriptiva publicada en agosto del año 2011.
En esta etapa crucial, los hábitos alimentarios que se adquieren normalmente persisten a lo largo de la vida. Y, aún en el caso de que siendo adultos cambiemos hacia un comportamiento alimentario saludable, las consecuencias de esta etapa podemos sufrirlas en forma de enfermedades crónicas, en el mejor de los casos.
No podemos olvidar que la adolescencia es un paso previo a la edad adulta y dependiendo que cómo nos cuidemos podremos disfrutar posteriormente de una vida con mayor o menor calidad.
Es una etapa de constante crecimiento en la que los tejidos requieren constantemente un aporte de nutrientes para formarse correctamente y funcionar bien.
¿Qué es la malnutrición en la adolescencia?
Aparentemente, el término malnutrición asociado a esta edad, nos evoca a un adolescente flaco, que no crece bien y con poca energía.
Sin embargo, la malnutrición no solo se refleja en una pérdida de peso o falta de energía por carencia de nutrientes necesarios para la edad o con una curva inapropiada de crecimiento.
El sobrepeso y la obesidad que, hoy en día, afecta a muchos chicos del mundo y que posiblemente arrastrarán hasta la edad adulta, son malnutriciones.
Una alimentación poco saludable que no esté equilibrada y que no aporte todos los nutrientes que los chicos necesiten a pesar de que gocen de un peso y estatura normales, acarrea malnutriciones.
Los problemas en el rendimiento escolar o los fracasos universitarios pueden esconder malnutriciones, es decir, carencias de los suficientes macro y micronutrientes.
Una tendencia a conductas antisociales o depresivas pueden ser el reflejo de una alimentación inadecuada.
«Una nutrición adecuada y unos hábitos saludables de alimentación y ejercicio físico a estas edades sientan los cimientos de una buena salud en la edad adulta».
Tenemos que estar atentos y bien informados, tanto los padres como los propios adolescentes de cuáles son sus requerimientos nutricionales adaptados a las circunstancias individuales para que no existan carencias como causa de enfermedades presentes y futuras.
En la entrada Alimentación y nutrición en la adolescencia. podéis encontrar recomendaciones generales que atañen a esta edad.
Recomendaciones de la OMS:
– Administración intermitente de suplementos de ácido fólico y hierro.
– Educación sanitaria de adolescentes, padres y cuidadores sobre una alimentación sana y ejercicio físico.
– Evaluaciones del Índice de Masa Muscular, según la edad.
El papel de los padres y de la sociedad.
Los progenitores son cruciales en la alimentación de los chicos, pero dejando a un lado algunas conductas represivas, su ejemplo es lo que guardará el adolescente como comportamiento de vida posterior.
No deberíamos exigir lo que no hacemos y, en ocasiones, sin cambiar los propios hábitos, pretendemos que los chicos se alimenten bien. Sin embargo, si el adolescente no encuentra en su propia familia hábitos que le parezcan convenientes y equilibrados que conduzcan a un buen aspecto físico como consecuencia de una buena salud, los buscará en otro lado, tendiendo a imitar o adoptar comportamiento que observa en otros lugares.
Lo anterior puede llevar a alimentaciones vegetarianas estrictas sin la debida información, obsesiones por el deporte sin un buen respaldo alimentario y nutricional, etc. Es decir, a estados de malnutrición.
La OMS publicó en el año 2014 un informe que lleva por título Salud para los Adolescentes en el Mundo, en el mismo este organismo pide una «segunda oportunidad en la segunda década». Este informe está dirigido a educadores, prestadores de servicios, promotores y a los propios jóvenes para que se actúe en las cuestiones de salud que atañen a los adolescentes.
Hay algunos aspectos de este informe que vamos a conocer porque quizás nos ayuden a ampliar espacios mentales y físicos respecto de esta etapa de la vida.
¿Cómo podemos avanzar para que los adolescentes gocen mejor salud?
Los caminos normales ya los conocemos todos, seguramente hay muchos padres preocupados por múltiples aspectos de la vida de sus hijos adolescentes, pero hay que ir «más allá»:
– Más allá de los mitos: Como por ejemplo, que está sanos y no necesitan tanta atención, que solo les preocupa su sexualidad, que no existe base científica, etc., pero todo lo anterior es erróneo. El pensamiento del adolescente va mucho más allá que el mundo de la sexualidad, necesitan atención constante para mantener su salud y no tanto centrada de forma obsesiva en su comportamiento, sino más bien rodeándoles de un mundo saludable.
– Más allá de la mortalidad: Ya que ningún adolescente debería morir por causas prevenibles o tratables y es necesario focalizar la atención en aquellas conductas que ponen en peligro su salud.
– Más allá del individuo: Las intervenciones a nivel individual no suelen ser suficientes, por ello, los cambios estructurales, ambientales y sociales son fundamentales y todo esto incluye el aumento de las medidas de apoyo a los padres y las escuelas.
– Más allá de la concentración en un solo problema: Muchos de los comportamientos y trastornos que atentan contra la salud de los adolescentes y que continuarán minando su salud en la edad adulta, así como la salud de sus hijos, tienen determinantes comunes y están concatenados, según nos dice la OMS. Las intervenciones deben estar orientadas a las causas de las múltiples conductas de riesgo.
– Más allá de las medidas adoptadas habitualmente: Hay muchos recursos por explotar para mejorar y mantener la salud de los adolescentes.
– Más allá de las aspiraciones: Un enfoque basado en los derechos humanos hace hincapié en la actitud de los gobiernos, pues de ellos han de salir las intervenciones sociales que hagan posible algunos de los aspectos descritos.
Es un tema complejo que necesita aires nuevos, la base de un equilibrio alimentario en esta etapa de la vida, a nuestro parecer, es fundamental y es triste que la recomendación general de la OMS incluya la administración de suplementos alimentarios de hierro y ácido fólico, como consecuencia de palpables carencias, porque una alimentación nutritiva y adecuada puede cubrir completamente las necesidades de una etapa de la vida en la que búsqueda de información veraz es fundamental.
Entradas relacionadas:
Consiguen estabilizar las cifras de obesidad en adolescentes en USA.
Las charlas familiares sobre el peso son un riesgo para los adolescentes.
Los adolescentes que comen mejor engordan menos.
Fuentes:
– Organización Mundial de la Salud. OMS. “Salud para los adolescentes del mundo”. WHO/FWC/MCA/14.05. Ginebra, Suiza, 2014.
http://apps.who.int/adolescent/second-decade/files/WHO_FWC_MCA_14.05_spa.pdf?ua=1
– Organización Mundial de la Salud. OMS. “Riesgos para la salud de los jóvenes”. Nota descriptiva N°345
Agosto de 2011.
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs345/es/