Cuando un pez nada en el fondo del océano, está siendo observado por cientos de rocas. Las rocas son en realidad los ojos de un quitón, un pariente de los caracoles. Quizás el único animal vivo que ve el mundo a través de lentes de piedra caliza, y sus ojos, literalmente, se van erosionando a medida que envejece.
Los quitones están protegidos por un caparazón formado por ocho placas, que están llenas de cientos de ojos pequeños llamados ocelos. Cada uno contiene una capa de pigmento, una retina y un cristalino. Se sabe acerca de los ocelos desde hace años, pero nadie sabía de lo que estaban hechos.
Daniel Speiser de la Universidad de California ha resuelto el misterio al estudiar al quitón difuso de la India. Todo comenzó cuando Speiser removió los cristalinos de un quitón y los metió en un líquido un poco ácido para limpiarlos. Entonces los cristalinos se disolvieron rápidamente!
La mayoría de los cristalinos de los animales están hechos de proteínas, que no serían dañadas por un ácido débil. El cristalino del quitón es obviamente diferente. Speiser encontró que están hechos de un mineral llamado aragonita, una versión del carbonato de calcio, que forma la concha de casi todos los moluscos desde los ostiones y caracoles hasta los quitones. Esto quiere decir que sus cristalinos están hechos de la misma sustancia que su concha.
Las estrellas de mar se parecen ya que tienen pequeños microcristalinos de calcita, pero no se sabe si los usan para ver. Hasta ahora, sucedía lo mismo con los cristalinos del quitón, pero Speiser ha demostrado que de hecho pueden detectar objetos.
Para probarlo, Speiser usó el hecho de que los quitones normalmente levantan sus flancos para respirar, exponiendo las branquias. Cuando detectan peligro, aplanan sus cuerpos y bajan la armadura. Para simular peligro, el investigador proyectó sombras de diferentes tamaños sobre el animal, y encontró que éste detectaba las más grandes. El animal ve objetos, pero no los detalles. Además reacciona igual en el aire y en el agua, lo que sugiere que sus ojos trabajan igual en ambos ambientes, lo cual no es de sorprender ya que los quitones viven en la línea de marea.
Aunque los ojos de piedra parezcan primitivos, son realmente evolucionados ya que de los muchos fósiles de quitón que existen, solamente los que son más jóvenes de 10 millones de años tienen ojos.
Los quitones sin ojos tienen células que son sensibles a la luz, pero no retinas, cristalinos o los ojos propios del quitón difuso. Speiser encontró que una especie sin ojos era en realidad más sensible a la luz que el quitón difuso, y podía detectar pequeños cambio en la brillantez. Sin embargo, no podía detectar objetos. Esto sugiere que la evolución de los ojos apropiados fue un trato desfavorable para los quitones. Ganaron la habilidad de percibir la diferencia entre objetos y sombras, pero perdieron cierta sensibilidad a la luz.
Referencia:
- Yong, Ed. (14 de abril de 2011). Chitons see with eyes made of rock. Not Exactly Rocket Science. Discovery Magazine.