Egon Schiele, Joven dormida (1909)
Eugène Atget
La Fundación Maphre (paseo de Recoletos, 23) me está sorprendiendo últimamente con unas exposiciones de gran calidad que están consiguiendo que esta sala sea uno de mis espacios expositivos de referencia. De hecho, en cuanto me entero de que inauguran algo nuevo me voy allí aún sin tener datos de las muestras que tienen, y de momento, no he fallado en ninguna. Así ha sido esta vez, me acerqué a ver con qué me sorprendían, y me he encontrado con dos magníficas exposiciones que os recomiendo no os perdáis, tenéis hasta el 27 de agosto para acercaros a verlas.
Xavier Gosé, Personajes (1900)
La primera de ellas es la muestra La mano con lápiz. Dibujos del siglo XX pertenecientes a las colecciones de la Fundación Mapfre, una selección de más de 100 obras en lápiz, tinta, tempera o acuarela, que hacen un recorrido por una de las expresiones pictóricas más simples y a la vez más complejas: el dibujo. La muestra se divide en varios periodos coincidiendo con distintos movimientos artísticos del siglo XX.
Paul Klee, Joven palmera (1929)
Comenzamos con 'la tradición' donde vemos dibujos académicos y de aprendizaje, con trabajos de Mariano Fortuny, Joaquín Sorolla, Francisco Pradilla y Ortiz o Ignacio Pinazo. Todas estas obras tienen en común el estudio del modelo, la influencia de los pintores renacentistas. Quizá en esta primera parte se vea más el dibujo como un medio para llegar a un cuadro que como un fin en si mismo.
Joaquín Sorolla, Sin título
Pasamos a 'la modernidad' donde comenzamos a ver ya dibujos entendidos como obras de arte en si mismas, el dibujo ya no es un medio para lograr un cuadro como sucedía antes, el dibujo puede ser ya contemplado y considerado como una pieza acabada.
Gustave Klimt, Mujer sentada con sombrero (1910)Este periodo que comprende los primeros años del siglo XX, se caracteriza por la mutua influencia de artistas españoles y extranjeros y por la figura como protagonista indiscutible, especialmente el cuerpo femenino.
Pablo Ruiz Picasso, Maternité (1902-1903)
Encontramos obras de Salvador Dalí, Gustave Klimt, Henri Matisse, Pablo Picasso, Auguste Rodin, George Grosz, Joan Rebull, Joaquim Sunyer o Egon Schiele.
Henri Matisse, Mujer con agenda (1944)
'El espíritu de la vanguardia' nos acerca a los pintores cubistas como André Lhote, Juan Gris, Alexander Archipenko, Rafael Barrada, Lyonel Feininger o Albert Gleizes.
Juan Gris, El guitarrista (1925-1926)
No podemos olvidar a Picasso, quien en París reunió a un grupo de artistas a su alrededor que se vieron influidos por él, conocidos como La escuela de París.
Picasso, Arlequín y Polichinela (1924)
Estas obras se caracterizan por su geometría, por la cercanía del dibujo y la pintura a la escultura y a la construcción, entendiendo el cuadro como un volumen.
Albert Gleizes, Nueva York (1916)
Surrealismo:los sueños del inconsciente nos mete de lleno en la obra de Salvador Dalí y de sus seguidores, artistas españoles claramente influenciados por Dalí que incluso utilizan muchos motivos característicos del pintor. Salvador Dalí, Soledad mental (1932)
Vemos también obras de Joan Miró, Luis Fernández u Oscar Domínguez, de quien me llamaron la atención sus decalcomanías, una técnica experimental cercana al monotipo.
Óscar Domínguez, León saltando (1936)
En los límites de la vanguardia con unas magníficas obras de Antoni Tapies o Eduardo Chillida, entre otros, cierra la muestra.
Eduardo Chillida, Sin título (1960) Podemos ver también en esta última parte de la muestra dibujos de Celso Lagar, Luis Castellanos, Arturo Souto, Gregorio Prieto, Genaro Lahuerta, Joaquín Peinado o Ángel Ferrant, que cierran el recorrido de la exposición que ocupa las salas de la planta calle y de la planta baja.
Avenue de l'Observatoire (1826)
En la primera planta del edificio podemos ver otra exposición con fotografías de Eugène Atget, que retrata El viejo París. Los fondos pertenecen al Musée Carnavalet de París, a la George Eastmann House de Rochester y a las colecciones de la Fundación Mapfre. Se han seleccionado más de 200 imágenes que retratan la ciudad de París y sus alrededores, todas tomadas entre 1898 y 1927.
Cantante callejera y organillero (1898)
Nacido en Libourne en 1857 y fallecido en París en 1927, Atget no recibió formación como fotógrafo, si no que se dedicó a ello como medio para sobrevivir tras pasar por otras profesiones como actor, redactor y dibujante para una revista satírica. Empezó en 1888 vendiendo sus fotos de París a ilustradores, luego pasaría a venderlas a artistas, artesanos, aficionados a la historia e instituciones como el Musée Carnavalet y la Bibliothèque Nationale.
Esquina de la Rue de Seine y de la Rue de l'Echaudé distrito 6º (1924)
La muestra se divide en doce espacios temáticos, que tratan de seguir el propio orden establecido por el fotógrafo: Pequeños oficios, tipos y comercio parisinos (1898-1922); Las calles de París (1898-1913); Ornamentos (1900-1921); Interiores (1901-1910); Los coches (1903-1910); Jardines (1898-1914); El Sena (1900-1923); Las calles de París (1921-1924); Extramuros (1899-1913) y Alrededores de París (1901-1921).
Taberna "Au Tambour" , Quai de la Tourneille nº 63 distrito 5º (1908)
Además, los amantes del surrealismo podemos contemplar una pequeña joya, el álbum del magnífico fotógrafo Man Ray, donde recopiló algunas fotografías que compró a Atget. En la muestra, además del álbum, podemos ver 43 fotografías de las que seleccionó en su momento el propio Man Ray, quien era vecino de Atget y adquirió estas fotografías que se publicaron anónimamente en la revista de los surrealistas porque Atget no se identificaba con el movimiento y veía sus imágenes como meros "documentos para artistas".
Rue Hautefeuille, distrito 6º (1898)
Sin embargo, los surrealistas apreciaron su obra y quisieron conservarla y darle el valor que tenía, ya que consideraban que las fotografías de Atget eran narraciones insconcientes liberadas de presiones críticas y convencionalismos. La fotógrafa Berenice Abbott, ayudante en aquel momento de Man Ray se encargó de dar a conocer la obra de Atget mediante exposiciones y catálogos.
Ancien Collège de Chanac, Rue de Bièvre nº 12, distrito 5º (1900)
Viendo hoy en día las fotografías de Atget podemos entender esa fascinación que sintieron los surrealistas y artistas posteriores por su obra. La modernidad de las imágenes es innegable, tienen además algo que produce desasosiego, esas calles vacías (prefería fotografiar sin personas y a primeras horas del día para que las calles estuvieran desiertas), esas casas que parecen deshabitadas, esa neblina y aire de irrealidad que parece impregnarlo todo, esa sensación de vacío, nos producen una cierta intriga y a la vez fascinación.
Interior de la vivienda de un obrero, Rue de Romainville, distrito 19º (1910)
El viejo parís que retrató Atget ha desaparecido en muchos de los casos, el fotógrafo quiso inmortalizar aquellos lugares de la ciudad que estaban a punto de desaparecer o transformarse bajo el proyecto de remodelación de París acometido por el barón Haussmann en la década de 1850, y que crearía una ciudad moderna y con grandes avenidas.
El otoño, escultura de François Barols, Jardin des Tuileries, distrito 1º (1911)
Atget utilizaba una cámara de placas de 18x24 para tomar unas imágenes que él consideraba un mero medio para que los artistas realizasen sus obras, no arte en si. Hoy en día es indiscutible el gran valor artístico que tienen y su influencia en artistas y fotógrafos como Berenice Abbott, Walker Evans o Man Ray, considerando sus imágenes como el origen de la fotografía documental del siglo XX.
Los muelles del Sena en invierno, Île de la Cité, hacia el Pont-Neuf, distritos 1º y 6º (1923)
Espero que os hayan gustado ambas muestras y que si tenéis oportunidad no dudéis en ir a visitarlas, os recuerdo que ambas podrán verse hasta el 27 de agosto en la Fundación Mapfre (paseo de Recoletos, 23) los lunes de 14 a 20 horas; de martes a sábado de 10 a 20 horas; y los domingos y festivos de 11 a 19 horas. ¡Que paséis un feliz y esperemos que soleado fin de semana!