"Lo que no queremos los científicos es llegar a la respuesta tan pronto, que nos digamos la respuesta: Es que el Universo fue creado por Dios, los objetos caen porque Dios así lo quiere y los objetos son de tales y cuales colores porque Dios lo dispuso así. Sería una manera muy sencilla de abordar los problemas y nos cruzaríamos de brazos. Los científicos queremos entender por qué las cosas se comportan como lo hacen, cuáles son las leyes de la naturaleza."
Esto dicen los científicos hablando del Colisionador de Hadrones, pero lo extrapolan a la ciencia en general.
Imaginemos que todo el mundo es creyente, que posee una gran fe y que está seguro de que todo obedece a la voluntad divina, sinceramente no tendría sentido hacer ni pensar en nada porque ya está dispuesto de esa manera, hagamos lo que hagamos ya está determinado que así va a suceder. No habría avances científicos, ni científicos; estaríamos aún en la edad de piedra o donde cualquiera se pueda imaginar segun sus creencias.
La verdad es que es la respuesta más fácil que podemos dar a todo lo que no comprendamos (ahora). Si miramos a la historia, ya se juzgó a científicos de la talla de Galileo Galilei simplemente por buscar otras respuestas a las cosas que ya se daban por ciertas como la teoría heliocéntrica de la tierra. Hoy día las diferentes iglesias existentes cuestionan si la "máquina de Dios" -como llaman al colisionador de hadrones-, traspasa ese límite imaginario creado por ellos mismos y ofende sus principios y dogmas, pero la historia ya demostrará una vez mas que nuestra ignorancia es inmensa y que en virtud de ella lo más fácil es decir que es obra de Dios, como dijera Newton en sus últimos días: "No sé cómo puedo ser visto por el mundo, pero en mi opinión, me he comportado como un niño que juega al borde del mar, y que se divierte buscando de vez en cuando una piedra más pulida y una concha más bonita de lo normal, mientras que el gran océano de la verdad se exponía ante mí completamente desconocido."