La máquina de escribir.

La creatividad se estimula en casa, es algo evidente, pero para que eso sea así los padres debemos fomentarla y alimentarla, dotar a nuestros hijos de las herramientas y del tiempo que necesitan para ser creativos. En esta ocasión la herramienta es un libro, una propuesta literaria que me llega de la mano de CocoBooks bajo el título La máquina de escribir. Pero no solo despierta la curiosidad y la creatividad, se trata de un álbum ilustrado para explicar qué es la dislexia a los niños de una forma positiva.

Pol ha encontrado una máquina. Pero es una máquina que ni pita ni zumba. Tampoco tiene botón de ON/OFF. Y no emite ninguna lucecita intermitente. Sin embargo HACE letras.Y, tal como descubre Pol, las letras pueden crear imágenes. Y las imágenes pueden narrar historias. ¿ Ha encontrado Pol una máquina de inventar cuentos?

Alegrías que una simple máquina de escribir puede proporcionar en un mundo repleto de artilugios de alta tecnología. Un sugerente libro ilustrado que rinde homenaje a la creatividad y a la ilustración como principales herramientas de comunicación a la hora de contar historias, y nos hará descubrir que, muy a menudo, detrás de lo que parece un error, quizá se esconda un gran talento.

Un álbum escrito e ilustrado por Tom McLaughlin para niños y niñas a partir de 6 años.

Basándose en su propia experiencia, Tom McLaughlin, ha creado esta maravillosa obra con el fin de transmitir a los niños de una forma muy positiva qué es la dislexia y el potencia creativo que tiene cada niño en su interior.

Acerca de Sara Tarrés

Soy Sara Tarrés, madre de dos niños de 6 y 3 años.Licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona.Máster en Dificultades del Aprendizaje (ISEP).Postgrado en Psicopatología Infantil (ISEP)He trabajado realizando reeducaciones y asesorando a padres, maestros y profesores en diferentes escuelas concertadas de Barcelona.Actualmente ejerzo únicamente como madre, ya que decidí hacer un parón profesional para dedicar todo mi tiempo y esfuerzo para acompañar a mis hijos en sus primeros años de desarrollo. Con ellos aprendo día a día. Y son precisamente ellos mi fuente de inspiración diaria.