Dicen que el pasado, pasado está y que no vale la pena perder tiempo con ideas y acontecimientos que ya no puedes cambiar. La máquina del tiempo aún no existe; o si existe, no nos han avisado. La recomendación generalizada es que mires para adelante y planifiques el futuro reduciendo en lo posible los riesgos que puedan convertir este futuro en un pasado indeseado. La llegada de un nuevo año acentúa esta idea de que todo depende de la planificación de los próximos 12 meses que (por supuesto) serán mucho mejor que los doce meses pasados porque a partir del 1 de enero serás una persona nueva.
Me suena que esto también lo pensaste hace un años. Así que hoy te presto mi máquina del tiempo imaginaria y te invito a un viaje - un viaje de reflexión que quizás te sirva para planificar el nuevo año con un poco de cariño para aquellas cosas que no salieron tan bien en tu pasado reciente.
La importancia de bailar con tus propios errores
Has tenido éxitos este año, y también has tenido fracasos. Eso le pasa a todo el mundo - aunque los fracasos no suelen aparecer ni en instagram ni en el twitter. Recordar los éxitos sube la moral (porque presupones que fuiste tú la autora de los hechos). Recordar los fracasos no es nada agradable (aunque tienes claro que simplemente fuiste víctima de las circunstancias). Así que prefieres entretenerte con lo positivo, estrategia del cerebro para que tu ego no se sienta ofendido y para que todo siga igual en el futuro.
Lamentablemente lo que le conviene al cerebro no necesariamente te conviene a ti. Mirarle a la cara a tus errores es duro, no es nada agradable, y a la vez es el ejercicio de fin de año más enriquecedor que puedes hacer. Eso no significa que tu tengas la culpa de todo, sino que vale la pena analizar donde tienes parte de la responsabilidad para no repetir el mismo error en el futuro.
... y la sabiduría para poder diferenciarlas.
"Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, fortaleza para cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia."
Reinhold Niebuhr
Hay cosas en tu vida que no puedes cambiar. Y hay cosas que sí puedes influenciar. Es así en el presente y también ha sido así en el pasado. Y ahí está la fuente de tu sabiduría personal: si pudieras volver con una máquina del tiempo al 1 de enero del año pasado, ¿qué harías diferente? Mirando hacia atrás, ¿que aprendizaje has podido extraer y cómo lo aplicarías si tuvieras que vivirlo todo otra vez?
Por ejemplo, este agosto fui con mi pareja dos semanas a Bali. Fue mi regalo de cumpleaños para él y a la vez nuestro último viaje largo pre-niños. Si pudiera volver atrás, no haría este viaje, optando en su lugar a pasar unos días más con la familia alemana y quizás explorando algún rincón de Alemania o España que aún no hemos visto juntos. Visto desde fuera el jardín de mis padres no es tan vistoso como el océano balinés (mirando por la cámara del instagram) y un spa en Asia despierta más envidia que un tour de bicicleta por el Danubio. Vivido desde dentro tengo que admitir que el viaje no cumplió mis expectativas, y menos considerando los recursos invertidos, tanto en cuestión de tiempo, dinero y preparación del viaje.
Hay por lo menos tres lecciones que he podido sacar del viaje a Bali:
- Bali no es Tailandia (ya sé que suena obvio). Mi pareja tiene muy buenos recuerdos de nuestro viaje de novios a Tailandia, y yo pensaba poder revivirlos en Bali. Pues resulta que no es lo mismo... por no repetir los dos nos quedamos algo decepcionados.
- El tiempo es relativo - e importante. 12 días para un viaje tan largo no son suficientes, por lo menos para mi. Entre querer ver todo y querer descansar no conseguimos hacer ninguna de las dos cosas.
- Los viajes mejor se planifican entre dos, sobre todo cuando se trata de más de un fin de semana.
¿Y si tus decisiones fueran reversibles?
Hay algunas experiencias de las cuales simplemente puedes sacar lecciones valiosas para el futuro. Además, hay muchas situaciones que por muy incómodas que son (o eran), son reversibles. Si no estás conforme con alguna decisión que tomaste en el pasado, si algún resultado no te gusta: ¿quién dice que no puedes cambiar de opinión y rectificar?
Cambiar de opinión no es muy popular, y menos si conlleva un cambio de actitud o de inspira a actuar diferente. Aún así, es parte de la vida. Las decisiones que tomas dependen de lo que sabes en cada momento - y confío que hoy sabes más que ayer por lo que resulta lógico que quieras rectificar algunas de tus decisiones.
Aunque las decisiones del pasado no las puedes cambiar, sí que puedes influenciar el resultado (que suele ser lo que no te gusta). Aquí también te toca revisar tu pasado para detectar que te ha llevado a la situación actual para así poder cambiarlo.
Si quieres, te presto mi máquina del tiempo imaginaria. Eso sí, tendrás que devolvermela, así que nada de quedarte atrapada en el pasado. ¡Buen viaje!