Para la 14 edición del Gran Diccionario de la Maternidad no he tenido que elegir la letra porque ella ha venido sola a mí. Sí, como el típico ligue que aparece en tu vida, sin mucho o ningún esfuerzo por tu parte, porque desde lejos ya te ha fichado y va directo a trabajarse el terreno.
Bien, pues la J de JUGO, es mi ligue "azetero" semanal. Ligue, por otra parte, al que sólo he tardado en mandar a paseo día y medio, por causas más que justificadas.
Pero antes de que os cuento el cómo y el porqué de este escarceo amoroso más que breve, veamos que nos cuentan los de la RAE sobre mi palabra elegida:
Jugo. (Del lat. sucus).
1. m. Zumo de las sustancias animales o vegetales sacado por presión, cocción o destilación. 2. m. Parte provechosa, útil y sustancial de cualquier cosa material o inmaterial.
~ gástrico. 1. m. Biol. Secreción enzimática, ácida, del estómago.
~ pancreático. 1. m. Biol. Secreción enzimática de la porción exocrina del páncreas, que se vierte al intestino.Real Academia Española © Todos los derechos reservados
(Llegado a este punto y antes de continuar, tengo que deciros que, aunque JUGO en su acepción número 1 es la que me ha llevado hasta aquí, también tomaré la 2 como acepción, sin duda, relacionada con la maternidad.)A principios de esta semana, emocionada de la vida como si de Pichu y sus juguetes de Peppa Pig se tratara, estrené cajita de almuerzo nueva, o si lo preferís lunch box. Y no se me ocurrió otra cosa mejor para sacarla a pasear por primera vez que llenarla de trocitos de piña en su JUGO, previamente escurridos, of course. Con lo que no contaba yo es con que la piña, al haber sido cruelmente descuartizada por mí de buena mañana, iba a guardarse el as de la venganza bajo su (imaginaria) manga, y se iba a poner a soltar JUGO a diestro y siniestro, desafiando las "leyes del hermetismo", contra todo pronóstico (o eso, o la caja es una mierda caca, y prefiero no contemplar esta opción porque me cabrea).El caso es que el viaje en coche y el sacar la colección de trastos que a diario llevamos encima (mochila Pichu, mochila Rubiazo, peluches mañaneros de Pichu que se quedan en el coche hasta que salga para esperarla, bolsa del cole de Papi, bolsa del cole de servidora, mi bolso...) ayudaron de mala manera a que el JUGO se paseará por donde no tocaba: ¡¡¡MI BOLSA DEL COLE!!!Ni que decir tiene que llegar a casa y detectar un olor entre dulce y ácido que viene de ti misma, no tiene precio. Ahí estaba, misterio resuelto. Mi bolsa convertida en ambientador natural olor "piña"... mi bolsa convertida en un mejunge pringoso (sí, olor piña también) en cuyo interior TODO estaba bien bañadito del pu JUGO DE PIÑA: MI libreta con todas las cosas que mi cerebro no es capaz de retener, mi colección de bolis y pilots (si me quitas uno, lo noto; es el mal del profesor, coleccionamos objetos de papelería de manera compulsiva), el cd-rom para programar clases, unidades, fichas y demás, la crema para la "atópica" de Pichu, mi carpeta de fundas con "mi mundo" y el de mi tutoría, y... ¡¡mi bolsita de USB"!!
Como comprenderéis casi me da un mal, aunque como tenía mil cosas por hacer antes de salir volando a por Rubiazo, pues nada, tampoco es que me diera mucho tiempo a lamentarme: una lavadita rápida de todo (con las lágrimas de horror de mis ojos) y arreando, que es gerundio (¿o era infinitivo? Joder Jopé, ni idea, que mi cerebro iba dentro de la bolsa y se me ha quedado entre inundado y perfumado de JUGO de piña a partes iguales).Bueno, pues en mi acostumbrado intento de ver el lado positivo de todo pensé para mí: "esto sólo puede ser señal de que esta semana va a estar llena de cosas buenas, porque la put gracia de turno ya la he pasado. ¡Piiiiiiiiiiiiiiiii! ¡ERROR! ¡ERROR! No se puede ser más inocente, hija, con la edad que tienes.Unas 24 horas después del gracioso incidente "JUGO" recibí el ataque de una avispa a la que debí hacerle algo en mi anterior vida, cosa que yo no sabía. Porque ya me contaréis a quién, si no es a mí, le cae/se le tira/le ataca una avispa de un árbol y le muerde la mano. ¡Os lo juro por el JUGO de todas las piñas del mundo! (Véase prueba feaciente justo arriba).El caso es que la buena moza decidió tirarse en picado desde el árbol donde tenía el avispero y meterme un bocado de tres pares de "aguijones" (que, para el caso, acaba igual) en pleno nudillo, que ya que estamos, hay que ser lerda para ir a pillar la parte más reseca de mi cuerpo con toda la carne que tiene donde elegir. Además, yo me pregunto, ¿las avispas no se dedican a coger el JUGO de las flores, así en plan peli romántica con fotogramas de jardines en primavera? Por cierto, sí, he dicho bocado, porque de la única vez que me ha picado una avispa no recuerdo que el dolor se asemejara a lo que sentí cuando la kamikaze se me tiró encima. Aunque yo, por si las moscas, y después de haber pegado un grito que ríete tú de los contertulios de Sálvame ,"pegué bocao" a la picamordedura del bicho para chupar el veneno (por si lo había) y escupirlo. Si fue o no casualidad que aliviara el dolor ya no lo sé, pero que desde luego me quedó de lo más girl scout en pleno momento medalla y me hizo parecer la "biblia de la naturaleza" ante Pichu, también. Ya tenemos la parte positiva del ataque "avispa".
JUGO es lo que sacas de las situaciones adversas que, si ya eran complicadas antaño, lo son más cuando eres madre, y se juntan con fiebres, noches en vela, montones de trabajo, tener la casa como una leonera y demás menesteres del día a día en una familia de andar por casa. Y sacas JUGO hasta de esas situaciones complicadas, indeseables o inesperadas porque cuando eres madre aprendes a darle la vuelta a la tortilla hasta sin sartén, y cuando la hay, cogiendo fuerte el mango, no vaya a ser que además nos quememos el ALMA en el camino.
JUGO es el hacernos mayores y darnos cuenta de que ahora somos nosotros los pilares, quienes abrazamos, ponemos el hombro y a veces la cara, quienes damos el beso de buenas noches y entramos sigilosos a taparlos de madrugada. Y si esto ocurre es porque nuestros mayores lo son mucho más aún, ya bien sea por edad ya sea porque la enfermedad les acorta la VIDA, pero lo cierto es que se nos van, algunos antes que otros, y siempre cuando más creemos necesitarlos.
Y es justo por eso que añadimos a nuestra cuba GRAN RESERVA los instantes que con ellos pasamos, las palabras que cada día intercambiamos con ellos en acto de puro amor y entrega, y aumentamos así nuestro JUGO, asegurándonos de que no nos quede nada en el tintero por decir, ningún abrazo por dar, ningún beso por intercambiar y ninguna mirada por cruzar (mi padre tiene la mirada "mayor" más bonita del mundo). Es, justo, tal cual hacemos con nuestros hijos, pero la ecuación es inversa y el tiempo más traicionero.
JUGO, en la maternidad, es pues sinónimo de disfrute, plenitud, superación, prioridad, constancia, generosidad, equilibrio, recuerdo, fugacidad, eternidad, calidad, entrega, vida y, sobre todo, AMOR, mucho amor.
CON M DE MAMÁ y J de JUGO