
El rifle de repetición Winchester, el arma que conquistóel oeste, hizo inmensamente rico a su inventor, Oliver Winchester, presidente de la celebérrima Winchester Repeating Arms Company.


El futuro se adivina feliz para la pareja tras su boda en New Haven. Esto se confirma el 15 de julio de 1866, fecha en la que Sarah da a luz a la pequeña Annie Pardee Winchester. Pero algo extraño sucede con la niña. No coge peso, a pesar de comer con normalidad. Se consume rápidamente. Estáafectada de un raro trastorno que le impide metabolizar y asimilar los nutrientes. A los pocos meses la pequeña Annie fallece. Es una paradoja terrible: la única hija del matrimonio, inmensamente rico, muere de inanición.

Sarah hereda más de 20 millones de dólares (de la época), casi el 50% de la compañía y un ingreso extra de 1.000 $ diarios. Es multimillonaria, pero su razón estádefinitivamente trastornada.
Acude a espiritistas y médiums, algo por lo demás muy común a finales del siglo XIX. Alguien le advierte: sufre las consecuencias de una terrible maldición que tiene por fundamento el origen de su fortuna. Las miles de muertes provocadas por los rifles Winchester.

Sarah quiere librarse de la maldición. Le proponen una única salida: debe construir una casa, pero nunca terminarla. De esta manera, los espíritus atormentados que le persiguen no podrán encontrar fácil refugio en ella.
En 1884 Sarah compra una finca en San José, California, y comienza a construir una casa en una tarea hercúlea que no tendráfin sino hasta su muerte en septiembre de 1922. Se trabajan las 24 horas del día, los 365 días del año.


Sarah se reunía por la mañana con el capataz, y estudiaban el trabajo con planos esbozados a mano por la propia viuda. El resultado pronto fue caótico, sin un orden ni sentido claro. A menudo se encontraban con una habitación para la que no había salida posible; en estos casos, se construía alrededor, o se cegaba y abandonaba. Con el paso de los años, las escaleras en ocasiones no conducían a ninguna parte, las puertas se abrían a un muro o al vacío. Había ventanas en el suelo o aberturas en las que no podía caber un adulto. Había baños falsos, sin obra de fontanería, chimeneas sin tiro y sólo dos espejos en toda la casa. Sarah opinaba que los fantasmas temían a su propio reflejo. Además, Sarah ideólaberintos para que los propios fantasmas se perdieran.
En poco tiempo no hubo planos de la casa. Era fácil perderse en ella.


Pero entonces sucede lo inesperado: el terremoto de Los Ángeles de 1906. Derriba tres pisos de la casa y la torre de siete plantas. Sarah se encuentra durmiendo en ese momento y la chimenea de su dormitorio se derrumba. La dueña queda atrapada, y los sirvientes tardaron horas en poder llegar a ella.
Para Sarah, que era de la Costa Estede los EEUU y poco sabía de terremotos, la catástrofe resultó ser un claro mensaje de los espíritus, molestos porque se había detenido un tanto el ritmo de construcción. Sarah decide entonces dejar derruidas las alas afectadas por el terremoto, porque pensaba que algunos espíritus habrían quedado atrapados en ellas. Se reanudóel trabajo con nuevos bríos. Sarah tomaba decisiones un tanto peculiares; en una ocasión encontróuna mancha extraña en la pared de la inmensa bodega de la casa, y decidiótapiarla de tal manera que no fuese posible encontrarla.
Todavía hoy hay quién intenta encontrar los tesoros que de seguro encierra.

Francés se llevómuebles, enseres y materiales decorativos, y vendióla estructura a unos inversores interesados en hacer una atracción turística. Hubo un problema con el recuento: la primera vez se contaron 148 estancias, pero la estructura era tan confusa que en cada recuento salía un número distinto. Se dice que los trabajadores tardaban semanas en conseguir sacar los muebles. El número de 160 habitaciones sigue siendo una estimación.
No he hablado de los jardines, con cuatro fuentes y muchas estatuas: Sarah contratóa ocho jardineros que cuidaban de plantas importadas de todas las partes del mundo. Es curioso destacar la existencia de una estatua que representa al Jefe indio Little Fawn, que muriópor el disparo de un Winchester.


Por terminar, las escaleras suelen tener 13 escalones, en el armario de Sarah hay 13 ganchos, la casa tiene13 cuartos de baño, las ventanas tienen 13 hojas de vidrio, muchas habitaciones 13 ventanas y el invernadero 13 cúpulas. El testamento de Sarah estaba dividido en 13 partes y los candelabros portaban 13 velas.
Todos los viernes 13 se tocan las campanas 13 veces a las 13:00 horas.
Yo no creo en fantasmas ni en espíritus. Creo en almas atormentadas y en la locura que provoca el dolor. Es por eso que respeto la casa Winchester, no como la mayor casa encantada del mundo, sino como símbolo de la inmensa, desgarradora pena que puede causar la muerte de una hija.
Es, en todo caso, una curiosa historia que quería compartirles.
Antonio Carrillo.