Ser uno mismo, más allá de nuestras raíces culturales y familiares, de cualquier necesidad de identidad del ego, es básico para el proceso de conectar con nuestra propia esencia y para sentirnos creadores de una nueva humanidad libre de dramas, una humanidad en la que cada persona pueda brillar como astro con luz propia, y en la que no se tenga que luchar por defender ninguna identidad ajena a nuestra esencia.
Querido lector, ¿te atreves a sentirte más allá de tus raíces, caminar hacia tu esencia y descubrirte como un ser único, cuyo mayor regalo hacia los demás es ofrecerles tu propia autenticidad ...? No tengas miedo de ser egoísta, pues quien ofrece a la humanidad su mayor tesoro no puede serlo.